Quizás era solo cuestión de tiempo, pero el fabricante sueco Volvo ha obtenido la aprobación, por parte de las autoridades chinas, para llevar su producción al gigante asiático, con la puesta en marcha de dos plantas automotrices en las ciudades de Daqing y Zhagjiakou.
Según informó la marca escandinava, perteneciente al conglomerado chino Zhejiang Geely Holding Group desde 2010, esta autorización supone el visto bueno a toda la presencia industrial de la compañía en China, incluyendo el centro de Chengdu, cuya producción en serie arrancará en el último trimestre de este año.
Actualmente Volvo está construyendo la factoría de Daqing, cuya entrada en pleno funcionamiento debe producirse en 2014, mientras que la planta de motores en Zhangjiakou estaría operativa este mismo otoño, lista para proveer a los centros de ensamblaje de Daqing y Chengdu.
No en balde, la firma europea está apostando fuertemente por la producción local en China, el mayor mercado automotriz del mundo ahora mismo, con tal de alcanzar sus ambiciosos objetivos de ventas y asegurar su futuro en una industria altamente competitiva. Y es que Volvo aspira a vender unos 200 000 automóviles en China para el 2018 en comparación con los poco más de 40 000 que matriculó durante el año pasado.
De ese modo, ambas fábricas serán gestionadas a través de 'joint ventures' en las que la firma sueca mantendrá una participación inicial del 30%, mientras que Geely Holding Group asumirá el 70% restante, siguiendo las mismas normas y procedimientos de fabricación que las plantas europeas de la compañía.