Mercedes y Bosch se alían para crear “taxis robotizados”

Creado: Dom, 09/04/2017 - 16:12
Créditos
Ariel B. Coya
Mercedes y Bosch se alían para crear “taxis robotizados”

Como están las cosas, a Uber le podría salir pronto una seria competencia para su red de transporte privado, pues Mercedes-Benz y el proveedor de autopartes Bosch han decidido concertar sus esfuerzos en el desarrollo de vehículos autónomos para acelerar la producción de ”taxis robotizados“.

El acuerdo entre ambas compañías alemanas —que pone fin a los planes del grupo Daimler de patentar un coche autónomo por su cuenta—, plasma claramente la tendencia que poco a poco comienza a transformar el modelo de negocios en la industria automotriz, en momentos en que los clientes usan cada vez más sus teléfonos móviles para ubicar, llamar y alquilar vehículos.

De ese modo el mayor fabricante mundial de vehículos de alta gama y el principal proveedor global de autopartes esperan tener un vehículo autónomo, listo para conducirse en áreas urbanas, a principios de la próxima década.

En ese sentido, la compañía Bosch, creada en 1886 —mismo año en que el fundador de Mercedes, Carl Benz, patentó el automóvil—, se ocupará de crear un software y los algoritmos necesarios para la conducción autónoma, junto a la marca de la estrella.

”El objetivo principal del proyecto es lograr el desarrollo para la producción de un sistema de conducción que permita a los automóviles manejarse de manera completamente autónoma en la ciudad“, señaló Daimler en un comunicado.

En un principio, los ”taxis robotizados“ podrían permanecer en la carretera por mucho más tiempo que los manejados por humanos, lo que a la larga generaría más ingresos para un operador, amén de constituir el siguiente paso lógico para una empresa que ya está metida en el negocio de los servicios de movilidad (a través de su Car2Go).

De todas maneras, Mercedes no sería el único rival de Uber, pues desde otros fabricantes como Ford, Tesla, Nissan o compañías como Waymo (Google), el carro de conducción autónoma constituye también un anhelado objeto de deseo.

Créditos
Ariel B. Coya