Al día de hoy, no lo dude, Nissan anda obsesionado con la ecología, al punto de que proyecta seguir rompiendo paradigmas con el desarrollo de una versión híbrida para su deportivo GT-R que muy bien podría ver la luz hacia el 2012.
Si hasta hace poco el fabricante nipón había asumido la producción del Leaf como el primer eléctrico que se comercializará a gran escala, lo cierto es que no se le presume un compromiso menor con la generación R36 de su supercoche, que aprovechando las sinergias del grupo adoptaría buena parte de la tecnología estrenada en el Infiniti Essence Concept avistado ya en el Salón de Ginebra.
A este respecto cabe recordar que el prototipo biplaza de la marca de lujo de Nissan posee un motor eléctrico entre el propulsor de combustión interna y la caja de cambios automática, que también actúa de generador en fases de recuperación almacenando toda la energía eléctrica recuperada en unas baterías de ión-litio.
Por ello, siguiendo esas pautas, el nuevo GTR contaría entonces con un aumento significativo de la potencia, pues de los 486 CV en su versión más reciente pasaría a unos 600, siendo precisamente en este punto donde presentaría su más transformación relevante, puesto que 160 de esos equinos de poder los aportaría un motor eléctrico que asistiría al V6 de gasolina con doble turbo. Lo dicho: un híbrido en toda la extensión de la regla.
Más allá, aunque el consumo de combustible no sería el dato más relevante en un modelo tan poco racional como este, se estima que no exceda los 40 kilómetros por galón, lo equiparable a cualquier turismo promedio, por lo que también elevaría sustancialmente su eficiencia. De modo que el último fleco a solventar sería el peso de las baterías que alimentan al motor eléctrico, un detalle sobre el que los ingenieros de la casa japonesa deberán hacer hincapié para no desperdiciar esa vitalidad que tantos elogios le ha merecido a este modelo. Que seguro lo consiguen.