La nueva corporación aeronáutica rusa, OAK, se propone hacer fuerte competencia a la norteamericana Boeing y a la europea Airbus en su mercado doméstico de aviones, que tras el colapso de la Unión Soviética, está siendo tomado por estas firmas. El grupo OAK es 90.1 % propiedad del Estado ruso (Ministerio de Industria) y planea ser en los próximos años, la quinta empresa aeronáutica del mundo.
Sergei Ivanov, actual subjefe del Gobierno y ministro de Defensa ruso, es el presidente del Consejo de Administración de OAK. Espera elevar el volumen de las ventas a 7,5 mil millones de dólares para el año 2015. Tratarán de colocar entre 1 100 y 1 800 aviones en diversas aerolíneas rusas, entre los que se encuentran 440 unidades de la aeronave para rutas locales, Sukhoi SuperJet-100.
Con la Unión Soviética se desplomó la prestigiosa industria aeronáutica rusa, que llegó a niveles anuales extremos de solo diez aviones comerciales, mientras Boeing producía 290 aeronaves y recibía pedidos por otras 1 029. Por ese tiempo (2005) Airbus fabricó 378 aviones y recibió solicitudes para 1 111 más. Y esas cifras no incluyen las pequeñas máquinas para vuelos regionales.
El Gobierno ruso ha puesto empeño en OAK y el propio Putin la creó, mediante decreto, el pasado noviembre (2006). Ahora el Gobierno debe aprobar un plan presupuestario de casi 12 mil millones de dólares para llevar adelante este grupo de constructores aeronáuticos, que agruparía unas 20 empresas del ramo, las seis principales plantas industriales y cinco oficinas de diseño.