La marca del rombo no solo tuvo buenos momentos hace dos años, cuando fue bicampeona de constructores. En la década de los noventa contó con el mejor motor de la categoría y ganó, por esa época, cinco títulos: cuatro con Williams y uno con Benetton. Fue junto con Williams que fabricó este súper deportivo en 1994, capaz de desplazarse a más de 300 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 3 segundos.
El propulsor es un V10 (diez cilindros en V) de 3.5 litros de desplazamiento y cuatro válvulas por cilindro (40 en total). Entrega una potencia de 800 CV y un par motor máximo de 705 Nm.
Transmite al tren trasero por medio de una caja semiautomática de seis velocidades. La velocidad máxima es de 310.4 km/h y acelera de 0 a 100 km en solo 2.8 segundos. Pesa 1 300 kilogramos, para una magnífica relación peso/potencia de 1.63 kilogramos por cada caballo de fuerza.
Como pueden imaginar, el Renault Espace F1 no es más que un bólido de Fórmula 1 disfrazado y lleva en él toda la tecnología que el equipo Williams, uno de los mejores de los últimos tiempos, usaba en sus coches de competición por aquellos años.