SCOTTSDALE, Arizona.- La subasta de autos clásicos que cada año realiza la casa Barett-Jackson es una de las más importantes en todo Estados Unidos, pero este año resalta por la presencia de más de mil 600 autos de colección con los que se espera una recaudación de hasta 100 millones de dólares.
Más de mil 600 joyas automotrices. Para este año destacan los 125 diferentes de Corvettes de 1954 a 2010, que es la selección más amplia en la historia de la casa y entre los que se encuentran modelos tan exclusivos como el Corvette 2008 Z06 que es el último de los 427 modelos construidos específicamente para Norteamérica y el único disponible en color Crystal Red Metallic.
Con un motor V8 7.0 litros y 505 caballos de fuerza, ofrece un aspecto tan atractivo que concluye al interior con un acabado en piel color Dark Titanium. Cada una de estas unidades está numerada y en el caso del auto a subastar, posee las insignias en el capó, la cubierta del motor, los bordados en los asientos y tapetes con el número 427.
Pero lo más importante de este auto es que el dinero que se recaude será entregado a la Cruz Roja Americana para ayudar a los damnificados por el terremoto en Haití, junto con $100 mil procedentes de la Fundación General Motors.
Otras estrellas que brillarán en Scottsdale son el Blastolene Watson Roadster de 1952 que sólo cuenta con dos ejemplares en todo el mundo y uno lo posee Jay Leno y el Chevrolet Caprice Classic Custom modelo 'Gotham Cruiser' de 1955 que es similar al que se utilizó en algunas películas de Batman.
Pero sin duda el que se robará la atención es el Ford A Coupé de 1930 que fue utilizado por los famosos ladrones de bancos John Dillinger, Homer Van Meter y John Hamilton para escapar de Melvin Purvis y otros agentes del FBI en una de las operaciones más famosas en la historia de la agencia.
Y aunque la mayoría de los vehículos son de fabricantes nacionales, también hay opciones extranjeras como el BMW 600 de 1958, un Porsche 356 Speedster 1957 y para los más exigentes, un Rolls-Royce Silver Wraith de 1952 y un Ferrari Testarossa de 1989.
La compra se hace en persona o por teléfono pero debido a lo atractivo del evento no sólo atrae a los interesados en la compra, sino a los fanáticos de los autos que aprovechan la oportunidad de ver todas estas joyas en un solo lugar.