Único Rolls-Royce del mundo “fast delivery”

Creado: Dom, 09/05/2010 - 23:42
Créditos
Willy Hierro Allen
Único Rolls-Royce del mundo “fast delivery”

Muy bien pensado, aunque parezca increíble. La casa vinícola francesa Krug Champagne, fundada en 1843, una de las más importantes y famosas del orbe, tomó el ícono del automóvil más lujoso de la historia para convertirlo en una camioneta de reparto de mercancía. ¡Insólito! Para usted y para mí, quizás; no para la casa Krug Champagne, cuya publicidad a bordo de un Rolls-Royce probablemente le permite poner un alto precio a cada botella. ¡Y cómo se vende!

Cuando Charles Rolls y Henry Royce unieron sus fuerzas e inteligencias en 1905 para fabricar el auto ”símbolo de la perfección y el confort“, se lo tomaron muy en serio. Así, desde 1907, que salió el primer automóvil de la marca Rolls-Royce (RR), el modelo Silver Ghost (Fantasma de Plata), empezó la leyenda. Y el mito RR continúa.

Por ello, un Rolls-Royce de reparto de mercancías es algo inimaginable, en especial por su precio y abolengo. Sin embargo, otro producto tan exclusivo como este auto, es el buen champán. Fue así como ligaron el automóvil de mayor lujo con el champán de mejor calidad: Rolls-Royce y Kurg Champagne. Y para santificar ese maridaje, se creó el único RR de reparto del mundo.

Dicen que la iniciativa partió de Rémi Krug, presidente honorario de la famosa compañía vinícola, quien para la cosecha de 1982, envasada bajo el nombre de ”Krug Collection“, decidió adaptar un Rolls Royce para la distribución de las cajas de champán, a comercios y domicilios. De esta manera se equiparaban su producto con el vehículo que lo transportaba.

Compraron un Rolls-Royce de 1979, modelo Silver Shadow II (Sombra Plateada 2da), y procedieron a su conversión en un excelente panel de reparto de mercancías, listo en 1984. Muy cuidadosos fueron los carroceros para mantener la línea inconfundible del RR. El auto fue alargado (chasis) y las puertas traseras desaparecieron.

Quedó un enorme compartimiento de carga, que llenan dos enormes refrigeradores horizontales para que la bebida llegue fría al cliente. Todo el espacio tras la cabina del panel, quedó libre para la publicidad, que la conforma el logotipo de la marca. No hay que acentuar el caché con que se entregaba cada caja de Krug Champagne.

Eso para los amantes del buen champán y para los incrédulos admiradores del automóvil, el llavero con uno de los corchos de las botellas donde se añejó tan fabuloso champán, firmado, cuyo olor dicen conserva. Tiempo después, el Rolls-Royce de Krug Champagne fue vendido a un coleccionista privado, pero ahora la compañía lo recuperó y está en la sede principal, enclavada en la región de Champagne-Ardenne, Francia. Y ahí quedará como pieza de museo, única del mundo.
 

Créditos
Willy Hierro Allen