Volkswagen encomienda su futuro a los autos eléctricos

Buscando dejar atrás el llamado ‘dieselgate’ que lastró su desempeño en 2015, Volkswagen no solo alista una verdadera ofensiva en uno de los segmentos de mayor bonanza en los últimos tiempos como el de los SUVs, sino que confía su futuro a los vehículos eléctricos.

Dicha estrategia la dejó entrever hace poco el responsable de Volkswagen para China, Jochem Heizmann, durante el Salón de Beijing, pero también la ratificó ya el consejero delegado del consorcio, Matthias Müller al presentar los resultados del 2015.

”Queremos reinventarnos, ser como una empresa de Sillicon Valley“, afirmó el dirigente del conglomerado alemán y lo cierto es que Volkswagen lanzará ni más ni menos que 20 nuevos modelos ‘verdes’ de aquí al 2020.

Una apuesta que va a conllevar diferentes medidas, al abarcar desde un replanteamiento de la estructura de la compañía hasta la búsqueda de alianzas porque Volkswagen no puede hacerlo todo por sí sola y necesitará, por ejemplo, socios enfocados a la fabricación de baterías.

La fórmula también pasaría por la creación de una filial que atienda todo lo referido al ‘smart data’ (información del coche bajo demanda) y la gestión de los vehículos ‘inteligentes’, siguiendo el modelo de empresas como Car2Go.

Para adaptarse a la era digital, la firma establecerá tres grandes centros tecnológicos en Postdam (Alemania), Beijing (China) y California, la cuna de las ‘startups’, mientras negocia con varias empresas para colaborar en ese apartado, aunque de momento solo se sabe que en esas conversaciones no participan ni Google ni Apple. Aunque las reparaciones económicas por el escándalo que salpicó su gama de motores diesel en todo el mundo le saldrán más caras de lo previsto, Volkswagen asegura tener liquidez suficiente: 24.500 millones de euros.

Y de hecho, no descartaría deshacerse de algún activo, como el negocio de camiones que mantiene bajo las marcas Man y Scania, si bien ello no estaría entre sus primeras opciones, como matizó su director financiero, Frank Witter.

Curiosamente, aunque la crisis de emisiones impactó su balance con una pérdida neta de 1 600 millones de euros, sus ventas crecieron en 2015, por lo que la multinacional espera abandonar los números rojos este año, pese al tibio crecimiento que algunos expertos prevén en mercados emergentes como China y Brasil.