Adiós a los famosos yellow cabs neoyorkinos, a los black cabs de Londres e incluso a los rickshaw del sudeste asiático... Volkswagen acaba de presentar un concept car que bien podría convertirse en el taxi del futuro (no muy lejano) de cualquier gran ciudad del planeta. Lo han llamado Milano Taxi, como testimonia su carrocería bicolor en negro y verde tomada de los taxis de la ciudad italiana mundialmente famosa por la moda.
Volkswagen asegura que algunos de sus rasgos recuerdan al Samba Bus de los años 50. Así ocurre con las ventanillas que recorren los laterales del techo y que, junto al acristalamiento de toda la parte central, hacen del interior un mirador con vistas a la ciudad. Pero lo cierto es que el diseño calca el del prototipo Space Up! que la marca alemana desveló en 2007 como ejemplo de pequeño vehículo urbano.
Pequeño pues sólo mide 3,73 metros de largo (menos que casi todos los utilitarios actuales), pero también muy amplio por dentro. Las claves para lograrlo son varias: la carrocería es relativamente alta (1,60 metros) y cuadrada, las ruedas han sido llevadas a los extremos y sólo se han previsto dos asientos posteriores. Además, estos se han retrasado al máximo, dejando tras ellos un mínimo hueco para las maletas, que viajan en el interior del coche, en una zona especialmente adaptada donde estaría el asiento del acompañante delantero. Resultado: los viajeros pueden llegar a extender por completo las piernas como si se desplazaran en una gran berlina de lujo.
Otra singularidad reside en las puertas. Bueno, en la única y gran puerta lateral que se ha previsto y se abre lateralmente, hacia adelante, pivotando sobre la parte inferior. Con buen criterio, está colocada en la parte que da a la acera y 'muerde' parte del techo. De este modo, la entrada y salida es más cómoda (el hueco de acceso es muy amplio) y, sobre todo, segura.
Vale, ya estamos sentados y, aparentemente, muy cómodos. Pero ¿quién no ha estirado alguna vez la cabeza para ver lo que marcaba el taxímetro o se ha 'mosqueado' por el recorrido escogido? La cuestión queda resuelta por la primera de las dos grandes pantallas digitales, multifunción y táctiles que se han instalado. La destinada a los ocupantes, de ocho pulgadas, está colocada al lado del asiento del conductor y permite visualizar como 'engorda' la carrera, realizar el pago con tarjeta y visualizar (gracias al navegador GPS) el trayecto a seguir y la hora prevista de llegada.
La segunda está reservada al conductor, que también cuenta con un espacio propio equipado con elementos como el asiento deportivo y separado del resto del habitáculo, como ocurre en los autobuses más modernos. Dado que para el taxista, el coche es un lugar de trabajo, la pantalla de la que dispone ofrece funciones mucho más amplias: taxímetro, ordenador de a bordo, navegador, control de la climatización, radio taxi y teléfono. Es una pantalla personalizable y, además, el conductor puede decidir que parte de la información que ofrece se presente también en el cuadro de instrumentos tradicional.
El estado de carga de la batería -de ion litio- o el rendimiento del motor eléctrico son otros de los datos que se pueden visualizar. Sí, porque vistos los tiempos que corren, el Taxi Milan sólo podría ser un vehículo de emisiones cero (al menos, mientras se desplaza). En este caso, se recurre a un propulsor eléctrico con una potencia máxima de 85 kW (unos 115 caballos) que permite alcanzar una velocidad máxima de 120 km/h. 
La recarga de la batería (que va colocada en los bajos, a modo de sándwich) se realiza mediante una toma oculta tras el logo delantero y en una hora se completa hasta el 80% de su capacidad. En condiciones óptimas, la autonomía puede llegar a los 300 kilómetros.
Volkswagen ha querido dejar muy claro que el coche es sólo un estudio, pero no está muy lejos de la realidad y, de hecho, el grupo alemán tiene previsto comercializar sus primeros coches eléctricos a partir del año 2013.
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