La catástrofe de Harrow y Wealdstone, lo que parecía ser un día más inmerso en la bruma londinense, albergó una pesadilla: el peor accidente ferroviario en tiempos de paz para los británicos.
El choque de trenes de Harrow y Wealdstone, en Londres, Inglaterra, se asentó en la historia de los ferrocarriles británicos con sangre y lágrimas.
Peter Scott, un historiador ferroviario local, describió el devastador incidente como "una desafortunada secuencia de acontecimientos".
LOS HECHOS
La estación ferroviaria de Harrrow y Wealdstone, en sus inicios una parada rural rodeada por la campiña, fue inaugurada en 1837; para 1952, sin embargo, ya se había transformado en el centro de un suburbio muy concurrido, con seis líneas que corrían de este a oeste.
Tristemente, el 8 de octubre de ese año 1952, Harrow y Wealdstone se convirtió en escenario de lo que quedaría registrado en la memoria de los londinenses como el peor accidente ferroviario en el Reino Unido durante tiempos de paz.
Y es que, en tiempos de la Primera Guerra Mundial, el 22 de mayo de 1915, 227 soldados escoceses perecieron en otro accidente que involucró a varios trenes, cerca de la villa escocesa de Gretna Green.
Ese 8 de octubre, 38 años después del desastre en los rieles de Escocia, el ferrocarril británico volvió a vestirse de luto. Tres trenes se involucraron en el nefasto evento: un tren local de pasajeros de Tring(1), un tren expreso nocturno de Perth(2) -que llegaba tarde debido a la niebla- y un tren expreso de Euston(3).
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El conductor del tren de Perth, quizás por la poca visibilidad o como algunos suponen, apremiado por recuperar el tiempo perdido, pasó a gran velocidad una señal amarilla de precaución, y de igual manera lo hizo con un semáforo que indicaba detenerse.
Quizás no se percató de los avisos debido al clima, quizás los ignoró en la prisa. El caso es que cuando pisó freno, ya era tarde. El tren de Tring, detenido en la estación mientras sus pasajeros lo abordaban, recibió en su parte trasera el impacto del tren de Perth, que llegaba a 80 km/h.
La colisión de la catástrofe de Harrow y Wealdstone fue enorme, tanto que los escombros cayeron también en las vías férreas vecinas. El tren rápido de Euston, que arribaba en ese momento para continuar hacia Liverpool y luego a Manchester, no tuvo tiempo de detenerse así que se estrelló contra estos escombros y se descarriló.
📷: Gilbert Powel, entonces con 14 años, aprovechó su menuda constitución física para retorcerse bajo los apilados restos en busca de supervivientes. Fue la persona más joven que ayudó en las labores de rescate.
Un testigo relató que “la escena era indescriptible, la gente a mi alrededor gemía y lloraba pidiendo ayuda. Pude arrastrar a varias personas fuera de los despojos del choque, entre ellas a una anciana”. Otro afirmaba que “a los bomberos les era imposible buscar sobrevivientes bajo los vagones, vueltos un amasijo de hierro”.
Afortunadamente, aparecieron los héroes anónimos, entre ellos un adolescente quien por cuatro horas ayudó a localizar y rescatar a algunos de los infortunados pasajeros atrapados en aquellos despojos infernales.
EL DESPUÉS
El fatal evento de la catástrofe de Harrow y Wealdstone provocó la muerte de 112 personas -102 en el lugar de la tragedia y 10 en el hospital- además de 340 heridos. Dieciséis vehículos resultaron dañados, de ellos, trece vagones quedaron destruidos, y tan comprimidos que formaron un bulto de 41 metros de largo, 16 de ancho y 9 metros de altura.
La locomotora de Perth había quedado enterrada bajo la pila de ruinas.
Las investigaciones comprobaron que la exigua visibilidad debido a la niebla, señales mal interpretadas o ignoradas, y también el equipo obsoleto, fueron causa del desastre. No hubo duda alguna de que el maquinista de Perth había pasado por alto las advertencias de cautela y riesgo.
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Si bien todos los conductores eran experimentados y los equipos en uso funcionaban bien, la realidad demostraba que eso no era suficiente para evitar una desgracia de tamaña magnitud.
Los dramáticos hechos de la catástrofe de Harrow y Wealdstone aceleraron de manera indiscutible el proceso de introducción del Sistema de Alerta Automática de los Ferrocarriles británicos (AWS): cuando un conductor ignora o no advierte una señal de precaución o peligro, el sistema activa una señal a bordo y aplica los frenos de manera instantánea.
📷: “En memoria de las 112 personas que perdieron su vida en Harrow y Wealdstone en octubre de 1952.”
En 1997, en ocasión del aniversario 45 de la catástrofe de Harrow y Wealdstone, fue develada una tarja conmemorativa en la biblioteca del Centro Cívico de Harrow.
Cinco años después, en el 2002, por el 50 aniversario, otra fue colocada en la entrada norte de la estación ferroviaria de Harrow y Wealdstone.
📷: “Distrito londinense de Harrow.” “En memoria de las 112 personas que perdieron la vida en el accidente ferroviario de Wealdstone el 8 de octubre de 1952. Develado el 8 de octubre de 1997, el 45º aniversario del peor desastre ferroviario de Gran Bretaña en tiempos de paz, por el alcalde de Harrow, el concejal Keith Toms.”
Ni las víctimas, -pero tampoco los que con un valor extraordinario ayudaron en las labores de salvamento-han sido ni serán olvidados.
