El 19 de noviembre de 1860, celebrando el onomástico de Isabel Segunda, queda inaugurada la línea ferroviaria que comunica Cienfuegos con Santa Clara.
De Cienfuegos a Santa Clara
A su apertura, en la estación ubicada al norte, en las afueras de la villa de Santa Clara, acudieron personalidades de la vida política, militar, económica y social de Cienfuegos, Santa Clara y otros poblados de la región. Música, discursos, banquetes y hasta anécdotas curiosas e insólitas sucedieron, como la de unos españoles que se presentaron en el lugar con carretas llenas de heno para alimentar a los doscientos caballos que traía el tren inaugural desde Cienfuegos, sin saber que esto se refería a la potencia de la locomotora.
La décima compañía ferroviaria de Cuba, comenzó sus trabajos en 1848 bajo la dirección de dos ingenieros franceses: Alejo Elvecio Lanier y Julio Sagebién.
En septiembre de 1851 se conectó la localidad de Palmira o Ciego Abajo, el actual Paradero de Camarones en 1852 y Cruces en 1853, este último, surgido completamente a partir de la construcción del ferrocarril.
Tres años más tarde, en 1856 y bajo las órdenes de otro ingeniero, el norteamericano Santiago Murray, las obras llegaron a Ranchuelo, en 1859 a Esperanza y finalmente, a Santa Clara en 1860.
Esta importante comunicación vial favoreció la actividad social de la región, principalmente en la industria azucarera. Potenció el comercio del azúcar desde su centro de producción al puerto de Cienfuegos, lo que facilitó que, durante el proceso de centralización de esta industria, los principales centrales de la zona quedaran ubicados a los lados de la vía.
Hoy el ferrocarril de Cienfuegos renace alcanzando movimiento de carga y pasajeros relevantes en la nación. A 158 años de inaugurada la vía, el ferrocarril de Cienfuegos continúa en pleno desarrollo y modernización y se avanza hacia su rescate como el medio de transporte más eficiente del país.
