Los centenarios puentes de Matanzas

Creado: Dom, 11/11/2018 - 10:18
Autor: Ilse Hernández…
Puente La Concordia

Matanzas lleva con justicia y orgullo el título de Ciudad de los Puentes. El de La Concordia, el Calixto García, el Giratorio sobre el río San Juan y el del ferrocarril sobre el Yumurí cuentan ya con más de cien años en sus estructuras y con muy pocas variaciones desde el comienzo de su explotación.

El más antiguo es el de La Concordia, cuyas columnas constituyen símbolos de la ciudad de Matanzas. Construido en 1878, muy cerca de la desembocadura del Yumurí, es el primer puente de hierro de Cuba. Inaugurado por el entonces Capitán General de la Isla, Arsenio Martínez Campos, su nombre está relacionado con el momento de “aparente concordia” que vivía Cuba tras “la paz” del Zanjón.

Puente La Concordia en Matanzas

El segundo en antigüedad es el puente Calixto García, concluido en 1897, también conocido como “el de Hierro” o “el de Tirry”. Es un puente metálico, de tramo recto, con 6.30 m de ancho y un peso de 504 t. Primero se llamó Romero Robledo, pero a partir de 1899 adoptó el nombre del patriota Calixto García.

Puente Calixto Garcia en Matanzas

En el año 1904 se construirían los otros dos viaductos centenarios de Matanzas, que permitirían, desde entonces hasta la actualidad, el paso de los trenes desde la ciudad hasta el puerto. El más asombroso resulta el Giratorio de hierro sobre el río San Juan. Cuentan que la estructura metálica fue traída de Nueva York, y que lo más difícil de su construcción fue la cimentación. Este se puso en funcionamiento junto con otro más sencillo y que da continuidad a la línea férrea sobre el Yumurí.

Puente Giratorio de Hierro en Matanzas

Al Giratorio se le llamó primeramente Puente de Oro, pero enseguida los matanceros comenzaron a llamarle “el Puente Negro”, por el color negruzco del metal. Único en Cuba, es un puente de acero de tablero inferior y se apoyó primero sobre una base de madera, pero desde 1981 lo soporta una de hormigón. La decisión de hacerlo girar estuvo relacionada con no limitar el trasiego de mercancías en embarcaciones medianas por el San Juan.

Puente del Ferrocarril en Matanzas

Cuentan que giraba 180 grados en un minuto y cuarenta segundos. Al inicio el motor usaba pilas secas y luego electricidad, y siempre, hasta que dejó de funcionar, contó con un operador. El puente tenía semáforos y aceiteras, y los mecanismos se engrasaban todos los días. Se giraba al menos una vez a la semana, aunque no fuera necesario, algo que se cumplió ininterrumpidamente hasta la década de los 60 del pasado siglo. Pero en 1993, por los 300 años de la ciudad de Matanzas, “el Puente Negro” fue pintado de aluminio, dándole una nueva imagen a la longeva estructura.

Etiquetas

Sobre el autor

Estudiante de la carrera Ciencias de la Información en la Facultad de Comunicación de la Universidad de la Habana. Colaboradora de la revista Excelencias del Motor.