A estas alturas, se continúan los debates y propuestas sobre cuál será el combustible que usarán los vehículos en las próximas décadas; sin un camino único para ello
A fines de la segunda década del presente siglo y tomando como base la necesidad de “Descarbonizar el Medio Ambiente” la Unión Europea establecía como un objetivo a alcanzar en el 2035, prohibir el uso de los vehículos de combustión. Para ello contaba fundamentalmente con lo ya alcanzado mediante los vehículos movidos por “fuel cells” y baterías de Iones de Litio. Ambas opciones comenzaban a enfrentar objeciones ya mencionadas al principio de este trabajo; la atención ahora se dirigía a la utilización del Hidrógeno, contra el cual no valían los argumentos de posible extinción, como ocurría con el Litio.
Si bien el Hidrógeno ya se conocía por el trabajo de las “Fuel Cells” y abunda en la naturaleza, existe como parte de otros compuestos. El agua, por ejemplo, siendo necesaria la separación de ellos para poderse utilizar por separado. Por ello, su forma práctica, a los efectos de usarlo como combustible, requiere de distintos métodos que pueden hacerlo no tan amigable con el entorno; pues se requieren métodos para su obtención que pueden resultar altamente contaminantes.
Ello ha llevado a clasificarlo en tres variantes: gris, azul y verde. El primero, cuando es resultado de un proceso industrial y se crea como sub-producto; el azul, cuando se obtiene CO2 e igualmente hidrógeno. El mejor a utilizar, sería el verde, cuando resulta de medios renovables de energía (eólica, solar, etc.). En todos los casos, resultan necesarias grandes inversiones; no solo en la producción del gas; tan importantes pueden resultar las concernientes a infraestructura para su distribución, almacenaje y entrega a los consumidores.
Todas las alternativas para la sustitución del binomio Diesel-Gasolina han sufrido nuevos análisis ante el surgimiento del conflicto bélico en Ucrania. El plan de la Unión Europea con vistas a 2035, el uso del carbón y la energía nuclear, etc. Han provocado análisis de urgencia, (no siempre bien sustentados), de manera que se barajan en cortos períodos de tiempo diversas alternativas que indistintamente toman carácter prioritario. A diario aparecen noticias respaldas por conocidas marcas automotrices y de construcción de motores; destacando el tumbo a seguir, que a menudo se cambia el próximo mes.
Uno de los primeros objetivos ha sido la sustitución de los motores Diesel, por considerarse los más contaminantes. Marcas tan afamadas como Cummins han dado a conocer recientemente la construcción de un motor que puede trabajar totalmente con Hidrógeno. Debemos señalar que no es nuevo el uso simultáneo de gasolina-hidrógeno o diesel-hidrógeno, en los motores calificados como Dual-Fueled, pues desde años, en Brasil se ha mezclado gasolina con alcohol e incluso totalmente alcohol. Lo novedoso es que este nuevo motor de la Cummins podría trabajar totalmente con Hidrógreno.
No quedan atrás las conocidas Toyota con su Modelo Mirai y Hyundai con el Nexo; aunque sobre la base de las Fuel-Cells como proveedoras del Hidrógeno y no directamente de éste. Agregamos que el volumen de producción de ambos vehículos no llega, ni con mucho, a niveles comercialmente aceptables.
En la aviación, excepto en la aeronáutica espacial, donde es usado desde hace décadas, solo se ha ensayado en pequeños equipos, casi de laboratorio. La prueba anunciada de un A-380 tomaría varios años en materializarse; solo como tal y no para uso comercial inmediato.
En Alemania se han realizado ensayos con trenes alimentados por Hidrógeno a partir de Fuel-Cells, aunque ni se han ampliado esos sistemas ni los que funcionan a prueba se han consolidado; considerándose como experiencias tecnológicas. Cabe señalar que los más optimistas augurios sitúan el 2030 como una fecha aceptable para considerar un pase al Hidrógeno como combustible de relevancia en la actividad transportista.
Otra variante a partir del Hidrógeno también se maneja; el Amoníaco, al cual se le atribuyen ventajas sobre el primero, sobre todo su mayor capacidad de almacenarse a temperaturas no tan exigentes. Pero sería otra nueva familia que empezaría desde cero.
En el futuro inmediato será necesaria una constante evaluación de cómo se irán acomodando uno u otro sistema en paralelo con el existente, que ha sido consolidado paso a paso durante más de un Siglo, con una infraestructura que deberá sustituirse en medio de niveles de desarrollo desiguales a nivel Mundial. Sin dudas, ardua tarea que demandará enormes Inversiones y sobre todo; inteligencia, decisión y análisis del Mundo en que viviremos desde ahora.
