El Tuning cobra fuerza entre los automovilistas cubanos, con variantes propias que lo hacen especialmente interesante. Con la inventiva desarrollada por años, se pueden encontrar autos tuneados de cualquier época y procedencia, algo tal vez único. La variedad la pudimos disfrutar en el Segundo Evento Anual de Tuning, convocado por el Club de Automóviles Deportivos, y con participación de los mejores exponentes de los clubes existentes en La Habana, Veamos.
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La semana anterior dejamos una reseña sobre el Moskvich Aleko y ha despertado interés por los automóviles soviéticos, o rusos. Por esta razón volvemos sobre los pasos y traemos una marca más arraigada al nacimiento del automóvil, cuando los grandes pioneros fundaba la industria que pondría al mundo sobre ruedas. Veamos la historia...
Los automóviles Moskvich son muy recordados en aquellos países donde se comercializaron. Superaron en mala fama a marcas tan nefastas como Edsel o Studebaker -esta última ganadora entre los cubanos del simpático sobrenombre de ”Estu-desgracia“- y muchos llevan el listón tan alto que aseguran injusto creerlos un mal automóvil: sencillamente un Moskvich no es un automóvil. Para borrar, o al menos aliviar, estos criterios los soviéticos presentaron el Aleko, recopilando mucho de lo mejor existente en varias marcas occidentales. Veamos el resultado.
Entre los excelentes automóviles que ha producido Volkswagen a lo largo de los años, existen nombres contundentes que han impactado el mercado y quedado en la historia. Nuestro protagonista de hoy ha permanecido en un aparente segundo plano, sin titulares pomposos, pero con una constancia y éxito de mercado que lo haría figurar en los primeros planos de muchas otras marcas. Veamos la historia del Volkwagen Jetta.
Luego de ver la semana pasada el exótico Phantom Corsair nos han preguntado sobre prototipos exóticos, de los cuales han existido tantos en la historia del automóvil. Sin embargo, algunos fueron desarrollos muy interesantes que dejaron una profunda huella en su época, rodeando con un halo de mística toda su imagen. Este es el caso del Italdesing Aztec de 1988, veamos.
Durante años hemos compartido increíbles historias sobre la conservación de autos de época, a veces en una misma familia. Hoy, nuestro protagonista resulta –además- un ejemplo de la constancia, la voluntad de vivir y la retribución social por la maravilla de la propia existencia. Armando Lorenzo Munnet –para todos los que le conocemos Pity- conoce del valor de las pequeñas cosas y, por esa misma razón, no las considera ”pequeñas“. Disfruta a diario de su hogar, su familia y de la niña de sus ojos: un Ford Victoria 1955, tuneado por él mismo.
La semana anterior vimos la historia del Dodge Challenger. La producción de este icono del automóvil incluyó, además, una versión potenciada ”in extremis“, que Dodge llamó T/A, y la cual estaba destinada a la participación en el Campeonato Trans America. Veamos.
Para los años setenta, la crisis de los precios del petróleo pondría una pausa en la producción de motores de gran potencia y, con ello, a la fabricación de los pony car. Dodge tuvo su canto de cisne en el Challenger, su último modelo de este tipo, y no lo pudo hacer mejor. Poderoso y temerario este auto dejó un legado en el automovilismo, veamos.
