Sin lugar a dudas, Volkswagen abriga planes ambiciosos para China, donde tiene el objetivo de posicionarse como claro dominador en el mercado automotriz más grande del mundo.
“El mercado chino sigue creciendo rápidamente”, afirmó el consejero delegado de Volkswagen China, Jochem Heizmann, por lo que la compañía ha decidido abrir tres nuevas fábricas en el gigante asiático, con la ayuda de su socio FAW, para satisfacer esa demanda y producir sobre todo SUV y coches eléctricos.
Dos de esas tres factorías estarán ubicadas en Tianjin y Foshan, mientras la tercera se encuentra en Qingdao, donde recientemente arrancó la producción del flamante Volkswagen Bora, un modelo basado en la plataforma MQB. Además de vehículos, en esta planta se fabricarán baterías.
No en balde, ya el pasado mes de abril Volkswagen presentó SOL, su nueva submarca de automóviles eléctricos para China, como paso clave de su ofensiva futura y en el marco de la colaboración con su otro socio local JAC.
Al igual que los vehículos cero emisiones, también los SUV están teniendo un fuerte auge en el mercado chino, por lo que a corto plazo deben concentrar gran parte de las ventas y solo de aquí a 2020 la firma alemana planea lanzar 12 nuevos modelos en ese nicho.
Con esas miras, la fábrica de Foshan entrará en funcionamiento este mes, mientras que la de Tianjin hará lo propio en agosto.
Todos los vehículos producidos por Volkswagen en sus tres nuevas plantas estarán destinados a los concesionarios locales, lo que da una idea del valor que le da la empresa ahora mismo a su principal mercado.
De hecho, toda esta megaoperación en China se verá acompañada por una inversión de Volkswagen y sus socios en torno a los 15 000 millones de euros, para potenciar la movilidad eléctrica y la conducción autónoma, así como la digitalización y otros servicios de avanzada dentro del ramo.
