A comienzo del siglo XXI el turismo espacial ya era un hecho, hoy es una realidad -gracias a Unity 22- a pesar de seguir siendo la fantasía o el sueño de muchos.
A comienzo del siglo XXI el turismo espacial ya era un hecho, Dennis Tito está registrado como el primer turista espacial, un empresario multimillonario californiano quien en 2001 pagó 20 millones de dólares para ir a bordo del cohete ruso Soyuz y hacer estancia en la Estación Espacial Internacional, después de un viaje de 8 días junto a dos cosmonautas.
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Pero grandes empresarios con capital para invertir en este ámbito no se quedaron atrás. En 2002 el sudafricano nacionalizado norteamericano Elon Musk funda la empresa de fabricación aeroespacial SpaceX, con el objetivo de abaratar los costes del turismo espacial y colonizar Marte, y en 2004 el británico Richard Branson, dueño del grupo Virgin, crea Virgin Galactic y así comienza la competencia por el dominar la frontera del espacio.
Pero Branson parece llevarle algo de ventaja a su más joven amigo también CEO de Tesla y el domingo 11 de julio de 2021, junto a 5 tripulantes, hizo realidad su sueño con el breve vuelo espacial suborbital Virgin Galactic Unity 22, en la nave VSS Unity N202VG.
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Unity 22 puede llegar al borde del espacio gracias a un avión portador VMS Eve, también propiedad de Virgin Galactic. Una vez que ambas naves lleguen a la altura aproximada de 15 km, Unity 22 se desprende y enciende su motor, alcanza un altitud de 86 km sobre el nivel del suelo, donde tripulantes y pasajeros pueden disfrutar unos minutos de ingravidez hasta que la nave da un giro para emprender su viaje de regreso y aterrizar de manera simple, como lo haría cualquier avión.
Entre los espectadores de tan fascinante espectáculo de prueba se encontraba Musk quien alega viajará en la nave de Branson, donde cada asiento tiene un precio de 250 000 dólares y comenzará sus operaciones comerciales en 2022, más barato que en 2001 pero continúa siendo una fantasía para muchos.