Siendo Brasil el 5.º país del mundo por su extensión territorial y ocupando el 9.º lugar por la longitud de sus vías, resulta difícil imaginarlo sin ferrocarril.
Incentivado en 1828 por el Gobierno imperial, en 1832 se crea en Río de Janeiro una compañía Anglo-Brasilera que crearía un ferrocarril desde la ciudad de Porto Feliz hasta el puerto de Santos. Sin embargo, el Gobierno no apoyó la idea y el proyecto languideció hasta 1835, cuando el Regente Diogo Antônio Feijó, mediante un Decreto imperial, concedía privilegios por 40 años a cualquiera que construyera una línea ferroviaria conectando Río de Janeiro con las capitales de Minas Gerais, Río Grande do Sul y Bahía.
La oferta no fue apoyada y el 26 de julio de 1852, un nuevo Decreto, el 641, extendía los privilegios a 90 años y ofrecía mayores beneficios, que fueron considerados por inversionistas ingleses y constituían entonces la principal fuerza en el desarrollo del FF. CC. en Brasil. No obstante, poco antes de la promulgación del Decreto, el banquero Irineu Evangelista de Souza inauguraba 14,5 km de un ferrocarril con trocha de 1,676 mm desde la Bahía de Guanabara hasta Raíz da Serra.
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Entre 1858 y 1862 se construye el primer ferrocarril propiedad de una compañía inglesa, la São Francisco Railway Company, y unía la ciudad de Recife con Vila de Cabo mediane una vía férrea de 31 km. La Companhia Estrada de Ferro D. Pedro II, el 29 de Marzo de 1858 inaugura el primer tramo de 47,2 km entre Estação da Corte y Queimados, en Rio de Janeiro. En 1867, São Paulo Railway Ltd se constituye en la primera ferroviaria del Estado de São Paulo conectando el puerto de Santos con las granjas cafetaleras del oeste.
Al momento de separarse de Portugal en1889 y proclamar su independencia, en Brasil existían 9 583 km de vías férreas que brindaban servicio a 14 de sus 20 provincias. Los planes de la nueva República sobre ampliaciones del servicio al resto del país no tuvieron realización práctica en ese momento, debido al estado financiero que casi siempre acompaña el tránsito de las colonias a la independencia.
En 1907, la política de libre acceso a favor de compañías privadas se multiplica hasta alcanzar la cifra de 18. Es el periodo conocido como Vieja República, cuando el total de líneas alcanzó los 29 000 km. En los años 30 se introducen locomotoras eléctricas y en el 1938 las diesel-eléctricas hacen su aparición. Hasta el día de hoy, estas últimas son las principales formas de tracción ferroviara en Brasil, en particular, las EMD de la General Motors y las GE.
El escenario cambia desfavorablemente para los FF.CC. en esa época, momento en que se despliega la construcción de carreteras y el transporte automotor se posicionó sólidamente. Se hace común el abandono de las vías y el mantenimiento de equipos.
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El 30 de Septiembre de 1957 y a fin de revertir esta situación, se nacionalizan los ferrocarriles y se crea la RFFSA (Red Ferroviária Federal, Sociedade Anônima), formada por 22 compañías, cuyo fin era modernizar y mejorar el servicio. La RFFSA comienza a desaparecer durante un prolongado periodo de privatización de las compañías (1999-2007). Esta decisión constituyó un duro golpe para los servicios de pasajeros y desaparecen muchas de las rutas servidas hasta entonces.
Lo anterior contrasta con los servicios de metro y trenes ligeros en varias ciudades donde los trenes están casi totalmente electrificados y los coches poseen unidades de aire acondicionado. El servicio puede considerarse aceptable, aunque insuficiente ante el vertiginoso crecimiento de las ya grandes urbes.
En general, la red ferroviaria ha quedado solamente para la transportación de carga. Los trenes remanentes, en su casi totalidad, se desempeñan como Heritage Railways con fines turísticos. Los proyectos de modernización se encuentran en espera de una mejor situación económica y contemplarían, entre otras acciones, el uso de la trocha Standard (1,435 mm) a fin de formar un sistema más funcional.
Los FF.CC. cubren, en su casi totalidad, el área costera Atlántica y la zona sur el país. La vastedad de la Amazonía no cuenta con estos servicios, que son brindados por una red fluvial que supera en longitud a la ferroviaria.
