La propulsión a vapor y su extenso reinado en el ferrocarril

Creado: Vie, 28/08/2020 - 07:41
Créditos
Alfonso Cueto Álvarez
propulsión a vapor

Desde la fabricación de la primera máquina de tracción a vapor capaz de operar sobre rieles, la propulsión a vapor reinó como la principal fuerza motriz del ferrocarril por más de un siglo y compartió con nuevas modalidades, el movimiento ferroviario mundial durante otros 50 años.

El inglés Richard Trevithick se considera el primer fabricante de una locomotora de propulsión a vapor, en 1802, aunque otros continuaron esta tarea en Inglaterra. El más conocido por su éxito fue George Stephenson, quien en 1826 creó su Locomotion No.1, utilizada en el primer transporte público de pasajeros y carga del mundo. En 1929, su hijo Robert, con un nuevo equipo, garantiza a los Stephenson el liderazgo en la construcción de locomotoras a escala mundial, a pesar del surgimiento de otras formas de propulsión.

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En 1879, Werner Von Siemens presentó en Berlín su locomotora eléctrica capaz de mover tres vagones a una velocidad de 14 km/h, alimentada a 150 volts DC. En 1891, la compañía suiza Orlikon crea la primera locomotora eléctrica alimentada por corriente alterna (A.C.). La aparición del petróleo y sus derivados como un nuevo rival, aparece en 1906 cuando Rudolf Diesel y Adolf Klose comienzan la fabricación de una locomotora diesel-mecánica que podía alcanzar los 100 km/h, aunque sin éxito real.

propulsión a  vapor

Ninguna de estas formas de alimentación opacó el rol hegemónico del vapor en la tracción ferroviaria hasta mediados de 1950, cuando los avances tecnológicos en la utilización de la electricidad, el diesel y la combinación de ambos, resultó mas económica que el tradicional vapor, a pesar que éste intentaba, sin éxito, la tracción mediante turbina de vapor y hasta proyectaba un reactor nuclear como fuente de energía para crearlo.

En esos años en EE. UU. y el continente americano, en la década de los 70 en Europa y posteriormente en Asia, las locomotoras de vapor fueron retiradas del servicio comercial y sustituídas por equipos diesel-eléctricos o simplemente electricos. En el resto del mundo, la transición se realizó en forma más lenta, debido a que las infraestructuras ya establecidas no constituían un reto económico tan fuerte como en las áreas geográficas antes mencionadas.

Para  fines del siglo XX, casi el total de las locomotoras de propulsión a vapor que podían verse estaban en museos o en Líneas de época (Vintage Railways), operando en circuitos turísticos e históricos, brindando a los usuarios el placer de transitar por el pasado con las ventajas del presente. Sin dudas, la nostalgia por estas máquinas es parte de la historia de la Humanidad.

📷: Wikipedia

 

Créditos
Alfonso Cueto Álvarez

Sobre el autor

Lic. Ciencias Sociales en 1985. Trabajó en distintas actividades en el MITRANS desde el año 1964. Libros editados: Los abuelos de los almendrones, Tranvías y trenes eléctricos y en proceso Los automóviles aristócratas lujosos y herejes.