Misterios del Metro de Moscu (II): El Secreto Del Metro-2

Creado: Mar, 04/02/2020 - 11:00
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Amparo Lopez Rego
El Metro de Moscú

En todas las historias del Metro de Moscú la realidad se entrelaza con la ficción; la del Secreto del Metro-2 despierta la curiosidad de muchos y el interés por descubrirlo.

Se calcula que cada día unos 9 millones de pasajeros, locales y turistas, se trasladan por el Metro de Moscú, el más rápido y conveniente modo de transportación en una ciudad que nunca se aquieta.

Cada estación dista de la otra unos 1.8 km y la más subterránea se asienta a 84 metros de profundidad. Cada tren recorre unos 548.7 km diarios a una velocidad de 41.62 km/h y el 99.98% de ellos cumple con el horario programado.

Los túneles y otras instalaciones del metro, no solo el de Moscú, siempre han sido abono para la imaginación, dando paso a toda clase de misterios y leyendas urbanas; si bien de estas historias son muchas las versiones que merodean en el tiempo, todas tienen en común el estar rodeadas de un halo de secreto y hasta peligro.

Es el caso del informalmente llamado Metro-2, de quien se dice es un oculto sistema subterráneo de transportación paralelo al conocido Metro de Moscú, el cual comenzó a construirse en tiempos de Joseph Stalin (1), fue concluído en los años 80, y que la KGB (2) codificó con el nombre de D-6.

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Entusiastas del tema, los llamados "Excavadores", exploran Moscú desde abajo, irrumpiendo en los sótanos, en los pozos de ventilación del Metro y en otros misteriosos lugares subterráneos de la ciudad, para determinar su existencia, si se trata solo de una línea o de cuatro, como se murmura, y si, como igual se especula, hay una ciudad bajo tierra que puede cobijar a 15 mil personas.

Los “excavadores” se esconden en las estaciones y caminan en secreto a través de los túneles durante el descanso nocturno del Metro de Moscú.

Durante los años 90, cuando el colapso de la Unión Soviética, algunos oficiales confirmaron la existencia de varios túneles y un centro de comando de emergencias para en caso de guerra.

Por esa época también, un periódico soviético citó a un oficial anónimo de la KGB que afirmaba haber participado en la construcción del búnker de Ramenki, entre los años 60 y 70.

Según su testimonio, Ramenki era una especie de ciudad subterránea en pleno funcionamiento, con una superficie de unos 2 km2, preparada para sobrevivir 30 años de guerra nuclear.

Metro de Moscú

Hipotéticamente, el enigmático Metro-2 conecta al Kremlin de Moscú con las oficinas centrales del FSB (Servicio Federal de Seguridad), con el aeropuerto gubernamental de Vnukovo, la ciudad subterránea de Ramenki y otros sitios de importancia nacional.

No se han encontrado ni planos de construcción, ni documentos oficiales ni fotos que evidencien la veracidad del Metro-2 así que hasta el momento es una historia ampliamente creída pero de la que nunca ha habido una confirmación oficial.

Sin embargo, en el Metro de Moscú hay escaleras bloqueadas, pozos vigilados y extrañas rejas que incomunican los caminos detrás de ellos, así como ramificaciones de las vías hacia destinos imprecisos.

De otra, no hay que olvidar que de la misma manera que el espacio subterráneo de Moscú es casa del metro público, también lo es de los antaños Búnker de Stalin, y el llamado Búnker-42 -una fortaleza secreta de la era de la Guerra Fría-, ambos hoy convertidos en museos.

Lo que sí resulta indiscutible es el que el sistema del Metro de Moscú es una impresionante obra de ingenieria y arquitectura y que sus profundos túneles bajo tierra se visionaron al construirse como refugios antiaéreos para los habitantes de la ciudad, decisión que probó ser acertada en tiempos de la 2da Guerra Mundial.

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Hubo un tiempo en que el Metro-2 fue el tema favorito de la prensa rusa pero en la actualidad nada se publica al respecto, lo cual no impide que los rumores sobre una misteriosa segunda red de metro sigan vivos.

 “Cuando era niña mi abuela me hacia historias del Metro-2 y también sobre ratas mutantes”- comenta Valeria, una residente moscovita.  

Y esas historias, y otras, que se enraizan en la cultura popular, seguirán siendo contadas…porque hay más.

 

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Amparo Lopez Rego

Sobre el autor

Licenciada en Historia y Ciencias Sociales. Fue redactora-editora de la Revista Transportes, y editora ejecutiva de la Revista Sendas.