Intrépido con su moto acuática Numancia, el aventurero español Álvaro de Marichalar intenta reeditar la Primera Circunnavegación del planeta. Durante su estancia en La Habana nos contó -en exclusiva- sus vivencias por la costa norte de la Mayor de las Antillas.
De Sevilla a La Habana, no siempre con el viento en popa, el español Álvaro de Marichalar arribó en marzo de 2020 a la capital cubana, luego de siete meses de navegación en solitario en su moto acuática Numancia. Su espíritu aventurero me hacían imaginarlo como aquel capitán adolescente de la novela de Julio Verne. Al saludarlo en persona, compruebo que no le ajustan sus 58 años cuando su altivez física y jovial carisma lo muestran tan joven como aquel personaje literario, con la diferencia de liderar una embarcación mucho más pequeña y con una hazaña más atrevida como desafío.
Una vez en tierra, prefiere andar para estirar las piernas que tan firmes lo sostienen la mayor parte del tiempo en el mar. Prefiere andar así con desenfado, vistiendo ropas sencillas para conocer mejor los lugares y a las personas, a la vez que le permite a su piel morena transpirar mejor. La humedad de sus guantes y zapatillas le arrebata de vez en vez las uñas de manos y pies. Aprovecha entonces para andar en chancletas y dejarse llevar por el Canal de la Marina Hemingway que lo acoge en la ciudad, hasta llegar al restaurante La Giraldilla de Santa Fe. Allí, emocionado por encontrar otra evocación a la Giralda de su país, degusta comida tradicional cubana para reponer energías, mientras nos cuenta sus impresiones de la travesía que acaba de completar por la costa norte de la Mayor de las Antillas.
Video: Entrada de Numancia al Canal de la Marina https://youtu.be/upnGIHRc4Ec
“Gracias a Dios las costas cubanas siguen vírgenes. Gracias a Dios y a la administración cubana están desarrollándose de una manera sostenible (…) Promover el turismo es fundamental para la economía de cualquier país, pero hay que hacerlo con inteligencia, con organización, con visión a largo plazo, cuidando la naturaleza.
”Auguro un futuro extraordinario para el sector turístico de Cuba. Auguro un futuro prometedor para el desarrollo de las marinas que es un mercado virgen. Cuba tiene potencialidades para desarrollar el sector náutico a través de edificaciones marinas sostenibles. Me he quedado sorprendido del cambio de vegetación en toda la travesía: la zona de Baracoa muy frondosa, luego va cambiando, los colores del agua también. Hay mucha biodiversidad. Hay sitios únicos. Así mismo hay una cultura, un pasado, una raíz indígena, europea y africana, que hace ese mestizaje mágico de Cuba.
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”Todas esas riquezas culturales. Ese cacao de Baracoa, ese cucurucho de coco que es un energizante increíble y que lo llevo marcado en el alma, esas costumbres tan sencillas, pero tan importantes. Esa comida no procesada, con lo cual estoy obsesionado, es de lo que más me ha impresionado de Cuba. Que siga así, y que no sucumba al zarpazo del consumismo bajo ningún concepto. El consumo no puede controlar al ser humano. Y eso es lo que tiene que conservar a mi juicio para que siga siendo el paraíso que es hoy.”
¿Cómo ha sido en general su vivencia de Sevilla a La Habana?
“Ha ido muy bien, gracias a Dios. Ha sido una etapa impresionante. Zarpar de Sevilla es muy especial. Bajar a Sanlúcar y luego poner rumbo a Portugal. Después Oporto, Galicia, Asturias, parar en Guetaria donde nació Juan Sebastián Elcano, así como visitar el monumento a los 18 héroes que lograron dar la primera vuelta al mundo…
”Lo más fácil ha sido el Atlántico, que es como una especie de autopista donde los vientos te ayudan. Sin embargo, fue muy difícil darle la vuelta a España y luego al Caribe, la mar del Caribe es complicada con muchas corrientes y arrecifes.”
