
Trasladar un cohete hacia el Centro Espacial o lanzadera es muy complicado, se necesita un vehículo de proporciones colosales y un increíble equipo de trabajo.
Cinco décadas llevan a sus espaldas los tractores o vehículos orugas creados por la NASA y pretenden que rindan tres décadas más. Se construyeron en 1965 para transportar al Saturno V que llevó astronautas a la Luna. Luego en la década del 70 fueron adaptados para el programa del trasbordador espacial y recientemente se renovó uno de ellos para cargar al SLS, el cohete que la NASA prevé lanzar al espacio sin tripulación, en los próximos dos años, con el objetivo de crear estaciones lunares y nuevas misiones a Marte.
El tractor pesa 2 700 t, mide 40 m de largo y 35 de ancho, su altura es ajustable entre 6.1 m y 7.9 m. Para moverlo se necesitan 350 L/km. Trabaja con dos motores diésel que suministran electricidad a 16 motores de tracción. Las máquinas son controladas desde cabinas que sobresalen en la parte delantera y trasera. El conductor tiene un minúsculo volante de 15 cm de diámetro, un selector de velocidades y un pedal de freno. Las ruedas están formadas por un sistema de sensores que mantienen la plataforma superior y el cohete horizontal, durante el recorrido.
Manejar esta mole es toda una proeza y mucha sangre fría por el nivel de responsabilidad que implica trasladar los gigantescos cohetes. Detrás de ellos hay un equipo de conductores, observadores y personal de apoyo que sigue el trayecto que se hace muy largo, porque se mueve a menos de 1.6 km/h. Posiblemente sea el vehículo pesado más lento del planeta.