
El Gräf & Stift Double Phaeton descapotable estaba parado junto a otros 5 autos en la terminal ferroviaria de Sarajevo, capital de la provincia Bosnia-Herzegovina, perteneciente al imperio Austrohúngaro. Del tren descendió la comitiva presidida por el archiduque Francisco Fernando, quien sería el heredero del trono imperial.
El archiduque y su esposa, la condesa Sophie Chotek, abordaron el Gräf & Stift (auto de lujo conocido como el Rolls-Royce austriaco), que marchó en tercer puesto de la caravana de seis automóviles. No todos saludaban en las calles a la caravana, un nacionalista serbio lanzó una bomba que rebotó en la capota del Gräf & Stift y explotó debajo del auto que le seguía.
Apresado el terrorista, salvados el archiduque y la condesa, la caravana fue rápidamente al Ayuntamiento donde Francisco Fernando dio un discurso y, luego, quiso visitar a los heridos de la bomba que pretendió matarlo, en un hospital. Ya no iría al museo. El Gobernador de Sarajevo cambió entonces la ruta, pero olvido informárselo al chofer del archiduque.
El Gräf & Stift parte veloz (motor 4 cilindros, 5.8 L, 32 CV). Cuando el chofer ve que la caravana coge otro camino, para e intenta dar marcha atrás ¡pero el Gräf & Stift no tiene reversa! Varias personas acuden para empujar el auto hacia atrás. Allí está también Gavrilo Pinncip, que revólver en mano asesina a sangre fría al archiduque y a la condesa.
Todo ha ocurrido muy rápido. El pueblo lincha a Gavrilo (un estudiante de 19 años) al tiempo que del Gräf & Stift gotea la sangre imperial. Fue el 28 de junio de 1914, un mes después se iniciaron las hostilidades: el imperio Austrohúngaro ataca Serbia. Tras cuatro años de guerra y unos 22 millones 477 500 bajas, se firmó el armisticio.
El 11 de noviembre de 1918, en un claro vecino al bosque de Compiegne, se acordó el fin de la Primera Guerra Mundial. Y se firmó en un vagón del tren del Mariscal francés Foch. Era el coche-restaurante (2419-D) que daba servicio a los altos mandos franceses. Pero la historia de este vagón es más larga y tiene que ver con la Segunda Guerra Mundial.
En ese mismo vagón y en el mismo lugar: junto al bosque de Compiegne, el 22 de junio de 1940 Hitler hizo que los franceses firmaran su rendición. Luego se llevó el vagón como trofeo para Alemania. Cuando Hitler se vio perdido ¡ordenó destruir el vagón! Hoy, una reproducción exacta del aquel “vagón del armisticio”, existe.
Está en un claro (ahora una explanada) junto al bosque Compiegne, Francia, y el Gräf & Stift Double Phaeton descapotable, con sus orificios de bala, se conserva en el Museo Histórico Militar de Viena, Austria.
El domingo pasado, 11 de noviembre, fue conmemorado el centenario del fin de la Gran Guerra, en París, Francia.