En esta edición les iba a comentar sobre el KERS (sistema de recuperación de energía cinética), pero en la reunión de Mónaco (del pasado sábado 13 de diciembre) se trataron puntos más interesantes que quisiera comentarles. Reducción de costes es la máxima, pero para muchos no está claro que las nuevas medidas abaraten la prueba reina. Otros apuntan que en lo que sí se ganará es en la competitividad en las pistas y algunos, como yo, pensamos que la estandarización es el peor camino, el que mata la esencia de la creación de este deporte tan particular.
El nacimiento de los deportes automotores, como lo es la F1, se estableció para que los constructores de automóviles demuestren quien hace el mejor auto, y para eso contratan a los mejores pilotos. Los coches (bajo un reglamento) se desarrollan y le brindan a los automóviles de serie, en años posteriores, sus invenciones probadas.
Para saber quién es el mejor piloto están las escuelas de formación y las carreras monomarcas, es en esos lugares donde los busca talentos fichan a los futuros campeones. Acaso alguien piensa que Schumacher hubiese sido siete veces campeón de F1 manejando un monoplaza de segunda fila. Claro que no. El nuevo campeón, Lewis Hamilton, que es bueno, tiene rivales en la parrilla con tanto talento o más que él y han finalizado la campaña con muy poco. Robert Kubica, Sebastian Vettel y Fernando Alonso pueden ser algunos ejemplos, pero hay más.
Cambios en la aerodinámica, en los neumáticos y las motorizaciones han existido desde siempre, pero no se debe cortar la iniciativa al desarrollo, a la creación, a la inventiva. Porque a fin de cuentas todo eso va en beneficio del automóvil y de sus usuarios en un futuro no lejano.
Para 2009 se prohíbe entrenar fuera del calendario, los motores tendrán que durar tres carreras, una más que ahora, y se limitarán las rpm a 18 000 (mil menos que la temporada 2008). Esto abona reducción de costos y aumento en la fiabilidad, dos puntos que siempre han hecho mella en la máxima categoría. El KERS, que por su puesto es un gasto, al menos garantiza el desarrollo del automóvil, ahora que los híbridos tratan de imponerse en el mercado.
Para el 2010 dirá adiós el repostaje. Esto disminuirá los costos (por toda la parafernalia y personal que ahora requiere), y a mi modo de ver las cosas, levantará la competitividad y el espectáculo. Pero me aterra la idea de un motor único, lo que diría adiós a la competencia de constructores como ya sucedió con los neumáticos. Ojalá ese punto nunca llegue, porque entonces para mí sería el fin de la F1, aunque se le mantenga el nombre.
La luz al final del túnel es el KERS. Una pieza nueva que garantizará más potencia y menos consumo de combustible, dos aspectos que podrán asegurar la victoria en el futuro cercano. Falta por ver quien hará la mejor adaptación del novedoso sistema, algo que nunca se ha visto en la F1.