
El primer Maybach de la historia marcó el destino de esta marca de alto abolengo que ha vivido, no obstante, varios momentos de incertidumbre durante su existencia. La excelencia de su ingeniería y el pragmático lujo alemán han sido la génesis de su trayectoria. Maybach, la rancia marca extra clase de Daimler, parece signada a vivir otro eclipse en su existencia.
Fundada en 1909 por Wilhelm y Karl Maybach –padre e hijo– ha sido uno de esos casos de azaroso destino, atravesando con mayor o menor ventura épocas difíciles y dolorosas. Sus inicios, y sus primeros automóviles, fueron un reto a la constancia y el ingenio de aquella generación que echó los cimientos de una industria que hoy es vital en nuestra vida moderna. Veamos hoy los Maybach W1 y W3.
Como otras compañías de ambas partes del Atlántico, Maybach comenzó su gestión en área diferente de la industria, dedicando sus primeros años a la producción de motores para los controvertidos zeppelines, lo cual influyó en su modelo más conocido el Maybach Zeppelin. Sin embargo, el trabajo creador de Wilhem Maybach tendría continuidad –y resultados– en los proyectos de su hijo Karl, quien en 1919 tenía listos los diseños para un automóvil de extraordinaria opulencia, pero sobre todo de una solidez y fiabilidad a toda prueba.
Por si todo lo anterior no fuera suficiente, el W1 (o Testwagen como también se le conoce) tenía uno de los diseños más desafiantes de la época, gracias al criterio empleado de usar un motor de seis cilindros en línea y un chasis de origen Daimler. El motor, toda una pieza de ingeniería para la época, entregaba una potencia de 46 CV.
Pero a pesar de su validez el W1 tenía la misión de servir de estudio para el desarrollo del W3, el vehículo que finalmente dio a conocer a Maybach ante el mundo en el Berlín Auto Show de 1921. El auto, todo poder, dejaba bien clara la diferencia con otros modelos de la época. Ahora su motor seis en línea de gasolina y 5,4 litros de desplazamiento lograba sin remilgos una potencia de 70 CV (casi el doble de potencia), los cuales, a través de una tracción trasera eran validos para lanzar al Maybach hasta los 109 km/h. Se llegaron a producir unas 305 unidades.
La compañía, que tiene raíces históricas en Daimler (su fundador fue el director técnico de Daimler-Motoren-Gesellschaft), también fabricó resistentes y pesados motores diesel para su uso por parte de la infantería y el ferrocarril. Entre las famosas locomotoras con motores Maybach están la alemana V200 y la British Rail Class 52. En 1960, Daimler-Benz adquirió la mayoría de las acciones de Maybach. Seis años más tarde, Maybach-Motorenbau fue fusionado con la rama de motores pesados de Daimler-Benz para formar una nueva compañía, Maybach Mercedes-Benz Motorenbau GmbH. En 1969 se convirtió en MTU Friedrichshafen. Hoy en día, con sede en Stuttgart, la firma es propiedad de Daimler AG.