
Más temprano de lo previsto, todo indica que Volkswagen se convertirá en el mayor fabricante automotriz del mundo, superando este año al coloso japonés Toyota y a la estadounidense General Motors, tanto en ventas como en producción.
Según informó el diario económico Financial Times Deutschland, citando tres informes de previsiones de sendos analistas, el consorcio germano logrará este hito sobre todo, gracias al éxito de su estrategia en los mercados emergentes de Asia y América Latina. Aunque también es cierto que Volkswagen ha conseguido importantes ahorros aplicando economías de escala, al desarrollar piezas comunes para distintos modelos de sus marcas, que comprenden todos los segmentos de la automoción, desde Bentley hasta Skoda, pasando por Seat y Audi, además de vehículos pesados.
Así, de acuerdo al promedio de las consultoras J.D. Power, IHS Automotive y PwC Autofacts, calculado por Bloomberg, las ventas del grupo alemán crecerían un 13 % a 8.1 millones de unidades en 2011, por el alza de sus nuevas matriculaciones en China hasta casi un 20 % y más del doble en India; mientras que las de GM subirían solo un 8 % a 7.55 millones. Las de Toyota, por contraste, caerían casi un 10 % a 7.27 millones, debido a las inundaciones en Tailandia y a la interrupción de su cadena de producción tras el terremoto de marzo pasado en Japón.
No obstante, para la firma IHS Automotive, la multinacional nipona podría retomar el liderato el próximo año cuando recupere sus instalaciones, vendiendo 8.4 millones de autos, para superar en casi medio millón a su rival europeo. De ahí que Volkswagen, que opera más de 60 fábricas alrededor del mundo, planea gastar un récord de 62 400 millones de euros (87 000 millones de dólares) durante el próximo lustro para incrementar su producción anual a 10 millones para el 2018. El nuevo rey, serio y decidido, quiere afianzarse en el trono.