Cariño, tenemos otra vez un coche en el salón
Cariño, tenemos otra vez un coche en el salón. Aunque parezca mentira, hay gente como Jim Curtis, un ciudadano americano residente en Havervill, Massachusetts, que no está del todo cómodo en su salón. ¿La razón? Cada vez que escucha un frenazo teme no sólo por su casa, también por su vida.