El Lincoln SS-100-X que un fatídico 22 de noviembre de 1963 transportaba a John Fitzgerald Kennedy, presidente americano, que fuese asesinado por Harvey Lee Oswald, en Dallas, Texas fue producido en 1961 por Ford Motor Company.
Un Lincoln Continental Convertible, era un vehículo descapotable que fue adaptado y al que el Servicio Secreto llamó SS-100-X.
Aunque aparentemente pareciera un Lincoln normal, el coste de la preparación presidencial lo elevó 27 veces por encima del precio de un Lincoln Continental.
El coche fue dotado de un motor especial construido a mano, un Ford MEL V8 de 7.0 L y 350 caballos de potencia. En el interior se equiparon nuevos asientos con tapizado presidencial y un asiento elevable hidráulicamente para el presidente. Un sistema de aire acondicionado y calefacción reforzado se instaló, además de peldaños adicionales para los guardaespaldas, luces estroboscópicas y un sistema avanzado de comunicaciones, pero no se blindaron los cristales ni la carrocería.
Del descapotable a la limusina acorazada. El asesinato de JFK cambió la dinámica de los desfiles presidenciales de todo el mundo y abrió las puertas a una nueva industria. Y el intento de asesinato al Papa Juan Pablo II reforzó esto. Desde entonces el papamóvil es un vehículo blindado con cristales antibalas.