Cadillac siempre ha sido el techo de lujo de la General Motors y en su afán por exhibir siempre un automóvil superior, a menudo ha llegado a exageraciones que al correr del tiempo, huelen más a ideas rancias que al permanente perfume de la Historia. Algunos de sus prototipos para futuros modelos, crearon pautas en el mundo automovilístico. Por ejemplo, tomemos este que les traigo hoy.
En la década del 50 del siglo pasado, Cadillac sacó el primer prototipo de lujo después de la guerra (II Guerra Mundial). Lo llamaron Debutante y se trató de un cupe descapotable especial que tenía como base el modelo de serie 62. Se hizo un prototipo único. El interior se forró con la piel de 187 leopardo cazados en Somalia con este fin. Los acabados se hicieron de madreperla con un lujo aplastante.
Todo el panel de instrumentos y la llave de arranque, estaban chapados en oro. El techo se cerraba automáticamente cuando empezaba a llover, un detalle que más bien parecía una utopía en aquella época. El Debutante se exhibió al público por primera vez en el show Mid-Century Motorama, que se organizó en el hotel neoyorquino Waldorf Astoria.
Hoy día los automóviles son menos lujosos, sin embargo más confortables, seguros y fáciles de manejar. No se caracterizan por sus vanidades, ni siquiera los nuevos Cadillac, cuyo modelo más vendido es un SUV. Pero resulta interesante saber que existieron autos clásicos de tanto lujo.