Cuando se recuerda al Lamborghini Miura, nuestro protagonista de hoy, lo primero que viene a nuestras mentes es la belleza única de este súper auto del pasado. Exponente de una marca dedicada a la producción de autos de altos perfomances, el Miura es uno de esos raros autos en la historia que han hecho languidecer a todos, y voltear la cabeza a su paso a incontables personas no por el ensordecedor ruido de su motor, sino por la perfección absoluta de sus líneas.
Este auto de motor central, tenía como otros Lamborghini, problemas en la concepción de su chasis, el cual sufría horrores en las curvas cerradas tomadas con algún ímpetu. Siempre fue considerado por esta razón un auto delicado y frágil. Presentado en Noviembre de 1965, en Turín, el Miura era capaz de alcanzar la escalofriante velocidad de 275 km/h, gracias a un descomunal motor V12 ubicado en posición transversal en el centro del auto y con 4 litros de desplazamiento. La potencia de este engendro era de 350 CV.
A partir de noviembre de 1965, cuando se presenta el P400, se hicieron sucesivas versionas hasta la última SVJ de la cual solo vieron la luz cuatro unidades. Es famoso el pedido del cantante Frank Sinatra, quien añadió a su pedido un cheque de 3 500 libras esterlinas para que fuera vestido con piel de leopardo, y hacer honor al felino nombre de Miura.
Aunque, como hemos dicho, su mayor mérito radicaba en el diseño, el Miura poseía una mecánica de vanguardia para la época y prueba de ello eran su motor de aluminio, con dos válvulas por cilindro, doble árbol de levas por banco y cuatro triples carburadores Weber. Su caja de velocidades era del fabricante alemán Porsche, hoy además accionista mayoritario del Grupo Volkswagen, con cinco velocidades sincrónicas hacia delante. Frenos de discos delante y detrás y una suspensión totalmente independiente ponían al Miura listo para saltar sobre su presa preferida: el asfalto.