Hartung Sparta Nature: sin límites

Creado: Dom, 14/02/2010 - 18:15
Créditos
Willy Hierro Allen
Hartung Sparta Nature: sin límites

Ante cualquier vehículo que requiera más de treinta años para finalizar su construcción, que disponga de más de 1 000 CV de potencia, pueda pasar tranquilamente los 300 km/h, tenga un costo superior al millón de euros y muestre el aspecto que podemos ver aquí, uno se pregunta: ¿dónde quedaron los límites? En el tiempo de fabricación, la potencia, velocidad, costo total o en lo que realmente luce.

Según su creador, Helmut Hartung, este vehículo es un todoterreno deportivo triplaza, con motor central, cuya imagen rústica no lo hará muy atractivo, pero su corazón (motor) le dará el título del ”noble bruto“. Y es que el Hartung Sparta tiene un una máquina V8 turbo-diesel de 6.6 litros de cilindrada que produce 1 360 CV de potencia con un impresionante par máximo de 2 000 Nm.

Probablemente de forma similar pensaba el doctor Frankenstein mientras fabricaba a pedazos aquel monstruo que le dio tantos dolores de cabeza, pero Helmut Hartung se sentía tan optimista que llevó su ”monstruo“ al Salón del Automóvil de Frankfurt (Alemania). Y aunque aseguran que no pasó inadvertido, tampoco se alzó con alguno de los premios.

Este curioso vehículo fue fabricado en Andorra, un pequeño principado catalán enclavado en los valles y montañas de los Pirineos orientales, en la frontera entre España y Francia.  El chasis está hecho de tubos de acero inoxidable y la carrocería de chapas de aluminio, las puertas tipo ”alas de gaviota“, son de plexiglás. Su capacidad es de tres personas y lo poco común es que el chofer va en el centro y los pasajeros a ambos lados.

Su imagen poco lujosa (a pesar de su exorbitante precio) aunque confortable debido a la suspensión neumática en ruedas independientes, lo cual permite elevar el auto unos 25 cm del suelo en zonas abruptas.

Montado sobre llantas de titanio de 18 pulgadas, usa neumáticos anchos de perfil bajo. La caja de velocidades automática desarrollada por el propio Helmut. 
 

Créditos
Willy Hierro Allen