Manolo, el primero en subir la Gran Piedra

Creado: Dom, 25/12/2016 - 14:37
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Norland Rosendo González
Manolo, el primero en subir la Gran Piedra

Manuel Sánchez Ramos es un hombre que hasta cuando habla parece que está encima de una bicicleta. A sus 69 años, todavía siente que el ciclismo es parte de él. Para la historia quedará que fue Manolo, como le dicen, el primer ganador del ascenso a la Gran Piedra, durante las vueltas a Cuba.

Fue en la tercera edición del giro a través de toda la Isla que se incluyó en el recorrido la subida a ese paraje de la Sierra Maestra, ubicado a 1 200 m sobre el nivel del mar. Desde entonces es una de las jornadas más espectaculares, donde los escaladores sufren y los sprinter se esfuerzan por llegar, aunque sea con la lengua enroscada en el timón.

Sobre aquella hazaña conversamos con Manolo el pasado domingo 11 de diciembre, en medio de la II edición del Clásico de 200 Kilómetros, organizado por Excelencias del Motor.

De las ocho vueltas a Cuba que corrió, la de febrero de 1966 fue la que inscribió su nombre en el libro de los hechos inéditos, como parte del equipo de Marianao.

Recuerda que tenía 18 años y era muy ágil en el ascenso de las lomas de uno o dos kilómetros, era de lo que más disfrutaba en los entrenamientos. Entonces fue a la Gran Piedra para conocerla y se lanzó como siempre, pero cuando había pedaleado unos cinco kilómetros parece que lo afectó la presión por la altura, se le puso la cabeza colorada y tenía mucha agitación. «Me detuve, me refresqué y pensé: el día de la carrera tengo que coger esto con calma, si no, no llego», cuenta.

«Y así lo hice. Si no me hubiera pasado eso en el entrenamiento, no hubiera ganado la etapa. Desde abajo se fue delante un grupo, en el cual iba Sergio Pipián Martínez. Pero no me desesperé, seguí a mi ritmo, y cuando faltaban como tres kilómetros los alcancé. Me di cuenta de que todos iban muy mal, los pasé y ninguno pudo seguirme. Así fue como me convertí en el primero en cruzar por la meta en la Gran Piedra», recuerda.

Manolo cubrió el trayecto, un trazado de 60 km entre la ciudad de Santiago de Cuba y ese punto en el techo de la Isla, en 58:35 min. Después llegaron Alberto Padilla (Vegueros) con tiempo de 1:00.26 horas, y Ricardo Saro (Orientales), 1:00.43. El matancero Pipián fue sexto (1:01.46).

Rememora que entonces tenía una bicicleta alemana muy grande, que pesaba unas 30 libras, cerca del doble de las de hoy, y se lamenta de que en la actualidad, con equipos modernos y muy buenas multiplicaciones, los ciclistas cubanos no logren hacer tiempos de calidad en las subidas a la Gran Piedra.

«Este es un deporte de mucha disciplina, de constancia, hay que entrenar todos los días, la preparación psicológica es fundamental, si la mente te dice no, no lograrás nunca un buen resultado; por eso hay que prepararla para que diga sí, se puede un poco más, y entonces es que ganas o llegas entre los primeros», concluyó Manolo, quien era un ciclista integral, pues en las carreras del kilómetro era uno de los más sobresalientes de su época. 

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Norland Rosendo González