Uno de los modelos deportivos de posguerra más populares en Cuba, a inicios de los años 50 del siglo pasado, fue el TD de la marca británica MG. Fue además uno de los primeros automóviles deportivos pequeños que llegaron al país, lo cual hizo que fuera una especie de emblema de auto sport en la publicidad cubana de la época.
Fabricado entre 1949 y 1953, el modelo TD abrió las puertas comerciales a la marca MG en los países del Caribe, tanto anglófono como hispano parlantes. Era un auto sport muy modesto, sin grandes pretensiones competitivas. No corría ni aceleraba lo suficiente para ser un carro ganador.
Pero era uno de los automóviles más bellos en esos años, cuando el mercado estaba saturado y dominado por aquellos monumentales modelos sedan norteamericanos, verdaderos cruceros gigantescos. Una que otra vez, aparecían algunos convertibles americanos, igualmente grandes y poco atractivos.
El modelo TD de MG era una hermosa miniatura descapotable que daba una sensación de libertad pocas veces conseguida en un automóvil convencional. Era una especie de mitad Jeep y mitad motocicleta, pero mucho más confortable que ambos. Muchos jóvenes pilotos de automovilismo en esa época, empezaron su carrera deportiva con alguno de estos autos maravillosos.
El motor de cuatro cilindros en línea, tenía poco más de un litro (1 250 cc) y su potencia era de 54 CV a 5 200 rpm. La velocidad máxima estaba cifrada en 125 Km/h y aceleraba de 0 a 100 en 22 segundos. Nada para enorgullecerse en un auto deportivo. Cualquier motocicleta sport, mayor de 500 cc, le podía ganar entonces, tanto en tope como en aceleración. Pero ello no empañaba su éxito.
Se fabricaron casi 30 000 unidades (29 664 exactamente) que se vendieron como pan caliente. Más de un centenar en Cuba. Luego vinieron otros MG más modernos, con otra línea, que competían con otros deportivos ingleses, como Triumph (TR 2 y TR 3) y el poderosos Jaguar. Pero esa es ya otra historia.