
Pues ya lo ven: Renault-Nissan también se abalanza sobre la India y ya solventa los últimos flecos para poner en marcha su producción en ese mercado, el más floreciente a nivel mundial por detrás de China, a partir de la próxima primavera.
Al menos así lo ha dejado entrever el director ejecutivo de la alianza franco-nipona, Akira Sukarai, al afirmar que ”el resultado de las primeras pruebas ha sido bueno“, en alusión a la planta que ambos fabricantes automovilísticos están ultimando en la ciudad de Chennai, donde inicialmente ya se montaron 30 vehículos, aunque no será sino hasta mayo que inicie la producción de un nuevo modelo compacto con sello indio, que podría comenzar a exportarse a finales de año.
Para ese entonces se presupone también que la nueva factoría alcance los 1 500 trabajadores en su plantilla, que actualmente involucra a un millar de personas, a la espera de que entre en vigor su funcionamiento a plena capacidad. Sobre todo, cuando las dos empresas han manifestado la importancia cardinal que para ambas representa ese país asiático, con un mercado que posee un notable potencial de crecimiento y cuenta al mismo tiempo con una base competitiva para la fabricación de componentes.
De ahí que en los próximos años Renault contempla introducir allí varios modelos como el Fluence y el 4x4 Koleos, pues según dijo el vicepresidente ejecutivo de Renault para Asia y África, Katsumi Nakamura, ”la India verá revitalizada a Renault muy pronto“, en tanto que subrayó la trascendencia del nuevo enclave de Chennai como ”un activo clave“" para las aspiraciones de la marca. Que no son pocas, como ha venido demostrando en los últimos diez años de trabajo conjunto con Nissan.
Precisamente en ese lapso, la alianza ha pasado del undécimo al sexto escaño en cuanto a facturación, con un volumen de ventas que rebasa los 6 millones de unidades, en contraste con los 4,98 millones que exhibían anteriormente. Vaya sí así es.