
Ayer lo podiamos ver en la red en fotos oficiales de prensa, hoy lo hemos podido ver en vivo, en distintos colores (rojo, azul y blanco, como el de las fotos) y con tres y cinco puertas. Aquí tienes la versión más famosa del Golf: el GTI de séptima generación. Y sí, por el momento "sólo" es un concepto, pero ya confirmado para los concesionarios en la primavera de 2013, donde llegará con 220 caballos extraídos de su 2.0 turbo de inyección directa de gasolina, con 350 Nm de par máximo.
Ofrecerá 230 caballos en opción, a través de un pack prestacional "extra" (¿una manera de sacarte más dinero por 10 caballos más?). Este motor EA888 cuenta con un consumo medio homologado de seis litros a los 100 kilómetros, lo que representa una importante reducción de 1,3 litros de media respecto a la sexta generación del modelo.
El 0 a 100 para el GTI "normal" sucede en 6,6 segundos, mientras que con el pack "performance" de los 230 caballos se rebaja la cifra en una décima para dejarla en 6,5, camino de una punta autolimitada de 250 km/h.
Pero la versión Performance no se limita a cobrarte más por el extra de 10 caballos, sino que incrementa el tamaño de sus discos de freno hasta las 17", y equipa de serie el diferencial denominado VAQ, con control activo del par. Este diferencial no es otra cosa que un Haldex multidisco de control electrónico, implantado en un coche de tracción delantera por primera vez (que recordemos) para ofrecer más par a la rueda externa a la curva y mejorar la agilidad.
También llega al GTI la dirección asistida denominada "progresiva", de relación de desmultiplicación variable, para contar con un volante muy directo cuando afrontamos curvas cerradas, o un extra de estabilidad en zonas rectas.
En cuanto a la estética, nada que no hayas visto ya en las fotos de ayer. En vivo el coche se "siente" más bajo que la generación anterior, más echado al suelo, más ancho. Los toques deportivos en paragolpes, labios a modo de talonera, microdifusor, colas de escape y alerón con prolongaciones verticales en negro ayudan a dar dinamismo. No es un coche "agresivo" ni musculoso como un Astra OPC, sin duda, pero es que el cliente tipo tampoco busca eso.
Por dentro se pierden los asientos con cabecero "superintegrado" que venía siendo habitual, aunque sigue el techo negro y la tapicería a cuadros. Las grafías de los relojes cambian, el volante (al menos en el concept) tiene un tacto y aspecto geniales, y el equipamiento de serie promete ser elevado.