Nuevos taxis aéreos o lo que se ha denominado “movilidad aérea urbana” tienen a Airbus, Boeing, Airbus Helicopters y Bell enfrascados en una nueva competencia.
El pasado 22 de enero, Boeing realizó el primer vuelo del que denomina “vehículo autónomo de pasajeros” en áreas del aeropuerto regional de Manassas en las afueras Washington, DC, informó la compañía.
El prototipo de Boeing mide 9.1 m de largo y 8.5 de ancho y se espera tenga un alcance de 43.5 nm (80.5 km). Está equipado con ocho motores de elevación y una hélice de crucero y usará la energía eléctrica. En este prototipo Boeing establece un nuevo concepto al proporcionar un transporte aéreo interurbano denominado “movilidad aérea urbana”.
El pasado año, Airbus realizó el vuelo de un primer prototipo, aunque sigue trabajando en el diseño, Boeing ejecutó el primer vuelo de su diseño y se une a Airbus Helicopters que espera realizar la salida de su primer prototipo “City Airbus” en breve, y Bell, que a principios de enero dio a conocer su diseño “Nexus” de “movilidad aérea urbana,” un avión potencialmente sin piloto con seis ventiladores de conductos basculantes y un tren de potencia híbrido eléctrico.
Boeing realizó un vuelo que apenas duró un minuto, pero se probaron las funciones autónomas y sistemas de control en tierra del vehículo. Estos vehículos se encuentran dentro de la categoría de aeronaves STOL (Short Take-Off and Landing) aunque con la nueva acepción e-VTOL (electric- Vertical Take-Off and Landing) y dentro del concepto “movilidad aérea urbana”.
Con relación al vuelo, Boeing señaló: "Los vuelos futuros se probarán hacia adelante, los vuelos de ala, así como la fase de transición entre los modos de vuelo vertical y hacia adelante" y añadió: "Esta fase de transición suele ser el desafío de ingeniería más importante para cualquier avión VTOL de alta velocidad".
Sin embargo, el futuro de los servicios de taxi aéreo sigue siendo incierto, y requiere mejoras de "cambio paso a paso" para la autonomía, la detección y la tecnología de gestión de ruido, según un estudio de la NASA de 2018. Los gobiernos también necesitarán desarrollar nuevos conjuntos de regulaciones para supervisar la industria, sin mencionar el reclutamiento y entrenamiento de los miles de pilotos que serán requeridos inicialmente. Ninguno de estos son obstáculos insuperables, y el rápido ritmo de desarrollo es innegable, pero las predicciones de que todos estaremos en autos voladores a mediados de la próxima década parecen ridículamente optimistas.
