EL FARO (Final)

Creado: Mié, 23/12/2020 - 06:53
Créditos
Amparo Lopez Rego
El Faro

El Faro y sus hombres no consiguieron vencer al monstruoso huracán Joaquín.  Las investigaciones probaron razonablemente el porqué de la tragedia.

El 1ro de octubre de 2015, con el hundimiento del navío mercante El Faro, la historia naval de los EE.UU. registró su peor tragedia durante 30 años.

Hubiese sido fácil absolutizar que el siniestro se debió a la equívoca decisión de Michael Davidson de elegir la ruta habitual para llevar su barco a destino; pero en catástrofes de este tipo es poco factible que solo una causa haya provocado tal desenlace.

EN BUSCA DE RESPUESTAS.

Conocer qué provocó el lamentable suceso significaba una ardua labor compuesta por numerosas investigaciones, audiencias públicas de la Guardia Costera, entrevistas, revisión de documentos, permisos, evaluaciones…

Aún más importante resultaba encontrar al navío y particularmente rescatar la grabadora digital (caja negra) que almacenaba los datos del viaje.

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En noviembre, El Faro fue hallado en posición vertical a unos 4 600 metros de profundidad, sobre una planicie arenosa. La caja negra fue encontrada en agosto del siguiente año, a 4 500 metros bajo el agua y a unos 65 km al noreste de las islas Acklins y Crooked, en Las Bahamas.

Caja Negra de El Faro.
📷: La  caja negra fue avistada, después de 10 meses de búsqueda, a unos 4 500 metros de profundidad, adosada a un mástil; fue extraída con el uso de un vehículo de control remoto no tripulado CURV-21.

 

En ella se registraban las últimas 26 horas de conversaciones entre nueve personas situadas en el puente y aunque la calidad del audio no era la mejor, el equipo técnico encargado de procesarlas consiguió una transcripción de 496 páginas, que aportó valiosas evidencias de lo acaecido.

Después de múltiples análisis de estas grabaciones, otras pruebas y testimonios se comprobó que la compañía propietaria de El Faro, la Tote Maritime, no siguió de manera segura y fehaciente la evolución del huracán en los radares.

La falta de información precisa no permitió que Michael Davidson pudiese interpretar adecuadamente la fuerza del fenómeno meteorológico que El Faro enfrentaba.

Davidson no se percató de la ‘señal” que la entrada de agua por la rotura en la segunda cubierta en pleno huracán -y que inundó tres bodegas- y otros percances le enviaban, por lo que desestimó el peligro, y no tomó las medidas apropiadas que la situación demandaba, entre ellas alertar a la tripulación y abandonar el navío.

Pero de otra, se demostró durante las pesquisas que los medios de salvamento con los que contaba El Faro no eran suficientes ni en cantidad ni calidad, por lo que era poco probable que, ante la furia de Joaquín, hubiesen cumplido con su cometido.

FRENTE AL HURACÁN

La única forma, la más segura, de enfrentar un huracán en el mar es evitarlo, y de no conseguirlo enteramente, al menos esquivarlo lo más posible. Se afirma que un marino con “cinco dedos de frente” no pasaría a menos de 200 millas (unos 321 km) de este si fuera factible, y si no, pues nunca a menos de 75 millas (120 km).

Por las grabaciones registradas en la caja negra se pudo probar que Davidson fue alertado por sus compañeros sobre el panorama que se desdoblaba ante ellos, pero el capitán prefirió continuar sus maniobras de acuerdo a las informaciones que recibía, informaciones contradictorias que lo llevaron prácticamente a impactar el ojo de Joaquín.

Según los investigadores, Davidson no entendió hasta muy tarde la severidad de la situación. Había juzgado mal la trayectoria del huracán y la posibilidad de que el carguero pudiese enfrentar la adversidad de las condiciones meteorológicas así que no fue capaz de tomar providencias oportunamente.  

Los datos recobrados también constataron que la tripulación se encontraba fatigada y ansiosa.

Restos El Faro
📷: Restos de El Faro. No hubo sobrevivientes.

 

Se estableció igualmente que la Tote Maritime había fallado en cuatro aspectos claves para la operación exitosa de la nave, entre ellos, cumplir con los tiempos obligados de trabajo y descanso, así como en el entrenamiento del personal ante situaciones de emergencia

La Guardia Costera resaltó que el capitán Michael Davidson debió tomar la ruta alternativa para su viaje a San Juan, Puerto Rico, y que el hecho de que, al resolver abandonar el barco, Davidson no lo informara a tierra, perturbó las labores de búsqueda y rescate, pues en un anterior mensaje se comunicaba que permanecerían a bordo.

DAVIDSON

El capitán de El Faro era conocido por su cautela y respeto por las normas de seguridad así que siempre existirán interpretaciones subjetivas sobre qué lo llevó a no calcular debidamente y a tiempo la magnitud del peligro.

Es poco presumible que Davidson se haya percatado de que El Faro navegaba por la pared del ojo de la tormenta, pero sí de que se había acercado demasiado a ella, más de lo que el sentido común y esa seguridad de la que siempre había estado pendiente, permitían.

A esas alturas, y sin saberlo, Davidson había engranado toda una serie de factores que desencadenaron el desastre.

Mencionemos entonces su decisión de tomar la ruta en línea recta, responder a las presiones de la compañía de ajustarse a los horarios, evaluar el escenario con informaciones contradictorias y gráficos desactualizados provistos por la segunda fuente de información meteorológica contratada por la Tote Maritime: el Bon Voyage System (Sistema Buen Viaje, B.V.S.).

Lo obtenido gracias a la caja negra comprobó que el anemómetro del buque no funcionaba bien y que sus oficiales inmediatos no pudieron disuadir a Davidson de algunas de sus disposiciones durante los momentos más críticos.

MUERTE INJUSTA

Durante el proceso de indagación sobre las causas del hundimiento de El Faro fue analizado un correo electrónico que Davidson envió a Tote Maritime en el cual consultaba desvíos en la ruta, no solo hacia San Juan sino de regreso a Jacksonville, al considerar que Joaquín podría estar azotando aún el área.

El correo dio lugar a ciertos cuestionamientos sobre la responsabilidad de la compañía en el naufragio. Un mensaje de respuesta a Davidson lo autorizaba a operar según sus propuestas, y precisamente la palabra “autorizado” abrió un horizonte de interrogantes.

Tote Maritime culpaba a Davidson como único responsable de todas las decisiones con relación a rutas y clima y el correo podía sugerir que hasta el haber tomado la ruta recta no había sido un fallo individual del desdichado capitán.

El mensaje vino a apuntalar el litigio de muerte injusta que se inició, y los 33 casos bajo esta categoría costaron significativas sumas de dinero a Tote Maritime, aunque nunca aparecieron evidencias de interferencia directa de ningún gerente de esta compañía en las decisiones de navegación tomadas por Davidson.

Comoquiera, Jason Neubaer, capitán de guardacostas, y que por dos años investigó el siniestro, afirmó que, de haber sobrevivido, al capitán Michael Davidson se le habría revocado su licencia.

El lastimoso destino de El Faro se ha convertido en una lección inequívoca más de nunca desestimar las fuerzas de la naturaleza.

📷: http://blog.geogarage.com/

Créditos
Amparo Lopez Rego

Sobre el autor

Licenciada en Historia y Ciencias Sociales. Fue redactora-editora de la Revista Transportes, y editora ejecutiva de la Revista Sendas.