Fumar en los aviones, ¡ni lo pienses!

Creado: Vie, 28/06/2019 - 13:32
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Amparo López Reo
Fumar en los aviones es una prohibición de estricto cumplimiento

Fumar en los aviones es una prohibición de estricto cumplimiento, máxime si la experiencia nos enseña lo que una simple fumadita puede provocar.

Sí, las estadísticas demuestran que es más probable sufrir un accidente ( y no me refiero únicamente a los accidentes fatales) en tierra que en el aire pero… los imprevistos existen, ya sean ocasionados por el azar o por la negligencia, sin importar si nuestros pies desandan el concreto o descansan por encima de las nubes.

Fumar en los aviones es una prohibición que aunque no se estableció simultáneamente en todas las compañías comerciales (y que en aviones privados puede ser ignorada si así lo permite el propietario), por razones de seguridad y hasta financieras, es de estricto cumplimiento, más si la experiencia nos enseña lo que una simple fumadita puede provocar.

Fumar en los aviones está prohibido

Y para ejemplificar lo anterior, vale mencionar  lo ocurrido a bordo de un avión de la línea aérea brasileña Varig, el 11 de Julio de 1973, en su ruta Rio de Janeiro-París. El avión, un Boeing 707, efectuó un aterrizaje de emergencia a unos cuatro kilómetros del aeropuerto de destino debido a un fuego que se inició en uno de los baños por un fumador furtivo. La cabina se llenó de humo y el incidente causó la muerte de 123 pasajeros, solo 11 sobrevivieron ( 10 miembros de la tripulación y un pasajero).

Desafortunadamente, hay ciudadanos que consideran que esa y otras regulaciones no han sido hechas para ellos y es el caso del protagonista de la anécdota que hoy nos ocupa: un ciudadano que en su viaje aéreo desde Algiers a París, en Francia, sintió el incontenible deseo de prender un cigarro.

Por supuesto que los asistentes de vuelo le impidieron de inmediato continuar con su faena; visiblemente enojado, el individuo optó por mostrar su inconformidad de una manera bastante inusual: se desabrochó  los pantalones y orinó al pasajero que viajaba a su lado.

Fumar en los aviones

No sé se cuál sería mi reacción ante tamaña situación pero sí ha quedado registrada la de la sorprendida víctima quien, levántadose de golpe, le plantó un certero puñetazo en el rostro al irrespetuoso “vecino”. A partir de ahí, ya es historia: comenzó una pelea entre los dos  hombres que miembros de la tripulación consiguieron con esfuerzo concluir en lo que la cabina se convertía en estudio fotográfico  pues todos querían dejar constancia de lo sucedido.

Fue necesario un aterrizaje forzoso en la ciudad de Lyon para que las autoridades se hicieran cargo del “original” fumador; me pregunto si para entonces, ya con la vejiga vacía, pudo al fin disfrutar de su conflictivo cigarro.

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Amparo López Reo