Aceleran Amigos del Motor en la Marina Hemingway

Creado: Mar, 28/10/2014 - 18:09
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Fotos y Texto: Dayán García La O
Aceleran Amigos del Motor en la Marina Hemingway

Los rugidos de los motores V8, la habilidad y valentía en los giros de 360 grados, así como también el estruendoso sonido de los autos del Taller Audio Zona, se convirtieron en los platos fuertes del domingo que compartieron los miembros del club cubano Amigos del Motor, en el restaurante Papa´s de la Marina Hemingway, ubicada en el límite oeste de La Habana.

La jornada comenzó con la exposición de la mecánica de los autos V8, entre los que se encontraba un Chevrolet 1956, de color verde y negro, reconocido por la gran mayoría de los presentes como el carro más rápido de Cuba.

La máquina, con dos puertas sin columnas y marcada con el número 13, es propiedad de Eduardo Hernández, quien confió en exclusiva a Excelencias del Motor que ha cronometrado unos ocho segundos en 200 metros, y que para  apoyar la potencia tuvo que hacer algunas variaciones.

”Desplacé el motor unas cuatro pulgadas atrás para cambiar el centro de gravedad y que las gomas ganaran en agarre, y además sustituí el capó por uno más aerodinámico“, subrayó el dueño del Chevrolet 1956, conocido en el mundo del automovilismo como ”El Misil de El Cerro“.

Precisamente, los más de 100 miembros del club y los familiares que se encontraban en la instalación turística pudieron disfrutar de las cualidades del auto, cuando varios V8 se enrolaron en carreras de exhibición a una distancia de dos hectómetros.

Otro Chrevolet 1956, de color rojo y propiedad de Octavio Cordoví; un Dodge 1959, gris de modelo Kingsway, perteneciente a Erick Peyre; y un Mercury 1954, blanco y con Kevin G. Jones como piloto, desplegaron en el improvisado circuito del centro náutico velocidades cercanas a los 180 kilómetros por hora, pero sin alcanzar la supremacía acelerada de El Misil de El Cerro.

Los motores V8 cuentan con dos bancos de cuatro pares de cilindros que forman una ”V“ y han sido los preferidos de los autos de fabricación norteamericana desde que la Ford Motor Company lo implementó en el cupé Ford del lejano 1932. Desde entonces, Chevrolet ha producido millones de V8 de bloques grandes y pequeños, incluyendo el estándar, como los que se vieron el domingo 26 de octubre en la habanera Marina Hemingway.

También la directiva de Amigos del Motor propuso una competencia de giros de 360 grados, una modalidad donde se combinan las condiciones técnicas del carro con la audacia y el coraje de los pilotos.

Disimiles marcas y modelos, desde un VW 1972 (escarabajo) hasta un moderno Toyota Yaris, desafiaron la pista improvisada para moverse en círculo con ronroneos exagerados, desprendiendo el aroma de caucho quemado que enloquece al público, como el opio de los amantes del automovilismo.

En definitiva, el ganador por el criterio de los presentes fue Michel Alonso, quien realizó figuras sorprendentes a bordo del Toyota anteriormente mencionado. ”Lo más importante para encarar este ejercicio es tener seguridad en el timón, y en uno mismo. Primero hay que creérselo y después mostrar destreza en el volante“, declaró al recibir el premio.

La familia de Amigos del Motor, club que ya cuenta con 900 miembros activos, se fundó en el año 2011 y tiene la peculiaridad de priorizar al hombre y no al automóvil, o sea, reúne a muchos que no son propietarios de vehículos.

Una de las premisas fundamentales del grupo se reflejó en la presencia de personal que portaba chalecos fosforescentes en cada competencia o exhibición, con la función de velar por el buen desarrollo de las iniciativas. Banderas a cuadros, verdes y rojas subían y bajaban a tono con el momento, para ser consecuentes con un slogan que se escuchaba a ratos por la amplificación local: Amigos del Motor fomenta la seguridad vial. 

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