Aston Martin Lagonda

Creado: Dom, 29/04/2018 - 17:30
Autor: Willy Hierro Allen
Aston Martin Lagonda

Aston Martin es una marca de autos británicos de lujo y alto rendimiento fundada en 1913, cuyo nombre se debe a la victoria lograda por Leonel Martin en la competencia Aston Hill Climb. En 1947 fue comprada por Sir David Brow, quien adquirió también la marca Lagonda, fundada en 1906.

En 1972, William Wilson compró la marca y las unió en una lujosa berlina.   

Aston Martin, tuvo una época de oro con Sir David Brow. En los tiempos en que Brow compró Aston Martin, también adquirió Lagonda. Con Lagonda venía el ingeniero Walter Owen Bentley, fundador de la marca inglesa de autos de lujo que lleva su nombre. Bentley llevó ideas nuevas a Aston Martin y creó la mítica serie DB, nombrada así en honor a David  Brow, en 1948, año en que salió el primer Aston Martin DB.
En 1972, el empresario William Wilson compra la firma ¡por 100 libras! Y el compromiso de cargar con la sustancial deuda de Aston Martin. Así, es  Wilson quien decide resucitar el nombre de Lagonda para hacer una berlina de lujo. Arranca el proyecto, pero lo derrumba la crisis petrolera de 1973 y a finales del 74, aparece un nuevo dueño.

Aston Martin Lagonda

Es el joven Peter Sprague, graduado de Yale y del MIT, quien comparte los inicios de Silicon Valley. Peter decide continuar el proyecto Lagonda, pero con los mayores avances tecnológicos de la época. La idea estaba clara: un auto muy moderno, potente y caro. El diseñador fue William Towns, quien creó un auto grande de líneas rectas que contrastaba con las redondeadas de Aston Martin.

Para justificar su precio (150 000 dólares), lo equiparon con lo máximo en tecnología del momento: computadora a bordo (la primera de su tipo) para administrar su performance, panel de instrumentos futurista con tecnología LED (todavía no se manejaba ese término) y suntuoso interior a la altura del auto más lujoso del mundo.

Aston Martin Lagonda, vista interior

Pero esa modernidad, potencia y tecnología fue su ruina. Ni computadora ni LED estaban aún suficientemente desarrollados, fallaban, y al hacer  cambios, fue peor. Los problemas se sucedían uno tras otro. Para colmo, el motor de 5.3 L era un “devorador de combustible”. Se mejoró en 1986 con inyectores, pero su ya su suerte estaba escrita.  
   
Además de berlina, se hicieron sedán, limusina y hasta rural, pero jamás cambió su aspecto de auto grande, chato y largo. En total se fabricaron 645 unidades entre 1976 y 1990, que se paró su producción. Adelantado a su tiempo, el Aston Martin Lagonda dejó la huella de lo que sería el futuro de la industria automotriz. Lo que en esa época no funcionó, hoy funciona y es habitual.

Sobre el autor

Periodista, licenciado en la Universidad de La Habana, hace periodismo desde 1971. Dirige publicaciones especializadas. Escribe sobre transporte terrestre, aéreo y marítimo y trata temas de cultura y turismo. Ha escrito para radio, televisión y prensa plana. Premiado en concursos y coautor de libros. Fue corredor de motocicletas en los años 60 y conoce de mecánica.