Solemos pensar en la vida de un coche como una línea recta: se fabrica, se usa y, finalmente, se desguaza. Sin embargo, Renault se ha propuesto convertir esa línea en un círculo perfecto.
El proyecto se llama Refactory y es la respuesta de la marca francesa para demostrar que un vehículo de ocasión puede tener (casi) la misma calidad que uno nuevo.
Lo que comenzó como un experimento pionero en Francia a finales de 2020, ya es una realidad consolidada en España. Tras la inauguración de las instalaciones en Sevilla a principios de 2023, este verano de 2025 se sumó la planta de Valladolid para cubrir la zona norte. El resultado de esta expansión es contundente: en este último año, 6 mil vehículos de las marcas Renault, Dacia y Alpine han pasado por este «tratamiento de rejuvenecimiento» industrial.
El proceso, conocido como Retrofit, es exhaustivo. Cada coche que entra se somete a una revisión de 150 puntos de control para asegurar que nada falle. La tecnología juega un papel clave: utilizan, por ejemplo, un escáner digital de neumáticos que lee la huella de la goma para diagnosticar y corregir problemas de alineación al milímetro. Y lo más impresionante es la velocidad: todo este proceso de rejuvenecimiento se completa en un plazo máximo de dos semanas.
Los coches que salen de estas plantas se destinan a la red de concesionarios bajo la marca renew, especializada en vehículos de menos de 10 años.
Todo el proceso se alimenta con energía 100 % verde y utiliza equipamiento de bajo consumo. Este proyecto no solo responde a una necesidad del mercado, sino que consolida a España como un polo de innovación sostenible. Renault ha demostrado que la economía circular no es solo una palabra de moda, sino una forma eficaz de dar una segunda vida premium a los coches
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