
China penetra en la Fórmula 1 con pies de plomo. Ma Qing Hua debutó el último fin de semana en Monza en unos entrenamientos libres, se convirtió en el primer piloto chino de la historia en subirse a un monoplaza y ha sido confirmado por su equipo, el español HRT, para repetir sesión en el gran premio de Singapur. El debut del pasajero dejó conforme a Luis Pérez Sala, primer responsable de la escudería, y en las dimensiones gigantescas de su país atisban negocio y futuro las gentes de la F-1.
Ma Qing Hua no desentonó en Monza. Circuló en márgenes bastante estimables, dos segundos por detrás de su compañero Pedro Martínez de la Rosa y dentro de la frontera del 107 por ciento que elimina a los más lentos. El chino no se había subido nunca a un fórmula 1, salvo en la primavera pasada en unos ensayos en el circuito de Silverstone (solo 480 kilómetros), y su condición física está lejos del nivel de búfalos que exhiben los pilotos del escalafón dominante. Su cuerpo todavía no se ha hecho a la alta competición. Por el indudable filón que representa el mercado chino, HRT quiere dar el golpe.
No luce palmarés de estrella. Su paso por las divisiones inferiores podría considerarse incluso discreto. Corrió sin victorias en la Fórmula 3.000 italiana, en la Fórmula 3 española, en la Fórmula 3 británica y en la Superleague Fórmula antes de levantar un trofeo: el campeonato chino de turismos.
Cuentan sus asesores que China resulta una plaza singular para abrir camino en relación con el automovilismo. No hay tradición ni cultura relacionada con este deporte (es un país de bicicletas) y además la Fórmula 1 se ve desde el gigante amarillo como la cúspide del capitalismo, tan lejos de sus arquetipos ideológicos. Existe cierta posición de rechazo al lujo que desprende este deporte (o lo que sea).
Cualquier reunión entre los representantes de Ma y los inversores chinos ha resultado un laborioso ejercicio de paciencia, de miradas recelosas e incertidumbres flotantes. "Tardan meses en ganarte su confianza", cuentan. El desembarco, sin embargo, empieza a dar frutos. La empresa Weibo, el twitter chino, apoya a Ma Qing Hua en su aventura con los coches. Weibo tiene 300 millones de usuarios...