En 1959, un empecinado texano logro vencer en la clásica carrera de las 24 Horas de Le Mans, tripulando un Aston Martin DBR-1. Esta victoria encendió su ambición de crear un auto deportivo, ligero, pero con mucha potencia: tanta como para derrotar a los mejores modelos GT de entonces, especialmente al Ferrari 250 GTO. Tuvo la increíble suerte de que una serie de coincidencias, unidas a su talento, le permitieron llevar a vías de hecho sus planes. Esta es la historia del Shelby, y su creador Carroll Shelby. Veamos.