Los Ángeles de Victoria’s Secret seducen con un Aventador
Aunque a lo largo de la historia de la publicidad la figura femenina se ha asociado a mil y un productos, la simbiosis entre bellas señoritas y potentes coches guarda cierta metáfora, aunque es un tanto gruesa, la verdad. La lujuria que es capaz de levantar las bellas modelos es equivalente a la potencia de muchos de los vehículos con los que posan. Brío que las malas lenguas sisean sirve para remplazar las flaquezas en otros campos, todos ellos relacionados con la concupiscencia capaz de suscitar, en esta caso concreto, los Ángeles de Victoria’s Secret cuando a lomos de la bestia de Lamborghini Aventador seducen al personal.