Lo que parecía imposible, una quimera, llegó –al menos como concepto-. Y es que al parecer ninguna marca de automóviles, por exclusiva que sea, puede escapar de la tendencia hacia los híbridos, el primer paso hacia el coche eléctrico que a todas luces parece ser el futuro del automóvil. Así Ferrari dio el paso con el 599 Hybrid Concept que para hacerlo más original lo pintó de verde.

Fueron 58 vueltas de máxima emoción, múltiples adelantamientos y sobrados abandonos. Pero al final una gran carrera ganada por Button (McLaren Mercedes) quien fue escoltado en el podio por Robert Kubica (Renault) y Felipe Massa (Ferrari). Alonso, que terminó cuarto, aguantó cuanto pudo a un Hamilton (McLaren Mercedes) que estuvo a punto de pasarlo y que fue embestido por Webber a dos vueltas del final.

Está claro que Ferrari cuenta con la mejor pareja de pilotos y que los fans de Fernando esperan ver en Australia como su estrella les apaga el farol a Lewis Hamilton (McLaren Mercedes) y a Sebastien Vettel (Red Bull Renault). Pero donde no estarán de acuerdo nunca los hinchas del asturiano es en una batalla Ferrarista.

Las marcas parecen tener claro, a tenor de las opciones que presentan para el futuro, que el transporte en las grandes urbes dejará de lado autobuses y tranvías para utilizar pequeños vehículos no contaminantes, de una o dos plazas y muy flexibles.

La tecnología de los vehículos eléctricos sigue en pañales, pero cada vez se dan pasos más rápidos hacia una total electrificación del parque móvil. Hasta ahora, la recarga de un vehículo eléctrico era uno de sus mayores handicaps, requiriendo paradas cada 200 km, de horas y horas para volver a cargar la batería.

He aquí, ni más ni menos, la veleidad sin par con que Citroën dejó boquiabiertos a todos durante el pasado Salón de Ginebra.

Muy publicitado en los salones de principios de años, sobre todo en Ginebra, el concepto IBE resume toda la nueva estrategia de SEAT.