Emilio Vargas: el cirujano de Toyota en Cuba

Creado: Dom, 18/12/2016 - 16:13
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Norland Rosendo González
Emilio Vargas: el cirujano de Toyota en Cuba

A sus 33 años, en short y pulóver, montado en una moto y dándole asistencia a los ciclistas durante la segunda Clásica de los 200 kilómetros Excelencias del Motor, nadie –salvo quienes lo conozcan– imagina que este muchacho es uno de los mejores mecánicos de automóviles de Cuba.

Por las manos de Emilio Vargas Rodríguez y sus dos escuderos (Luis Manuel e Ignacio, «el Nacho») han pasado autos exclusivos, con la tecnología más moderna que se haya visto en nuestro país. Y los dueños, conscientes de que en el taller EMICHOR (ubicado en calle 182 # 1303, entre 13 y 15, reparto Siboney, Playa) trabajan expertos cirujanos de la mecánica, han salido satisfechos con los servicios recibidos.

A Emilio, este oficio le vino por ADN; su abuelo, su padre y su hermano también se dedicaron al giro. Y él, así como comienzan los grandes, desde abajo, hizo sus primeros arreglos de vehículos en el contén de la acera, cuando no tenía local propio y quería demostrar que también podía ser un gran mecánico, por sí mismo, no por el apellido.
Había estudiado mecánica automotriz en Ciudad Libertad con resultados sobresalientes. Pero la mejor escuela fue al lado de la familia. Observando y «mecaneando».

Así, hace 14 empezó a darle vida a su sueño. Primero fueron almendrones, ladas, moskvich; después, autos de generaciones más actuales, hasta que, poco a poco, «con constancia, seriedad y dedicación, hemos tenido clientes de lujo», cuenta este joven, quien disfruta el ciclismo, pero no lo practica.

Entre los autos de alta tecnología que han apelado a los servicios del taller Emichor, rememora el Land Rover de la embajada de Angola en La Habana y el único Maserati que ha rodado en Cuba; sobre este último comentó que el dueño depositó toda su confianza en ellos y lo atendieron durante los seis meses que estuvo aquí.

«Además trabajamos un Lexus, de edición limitada, y un jeep, limited también, que tenía una avería bastante compleja y le dimos solución», confiesa.

Tal es la excelencia de los servicios ofrecidos en el taller Emichor, que ya lograron ser contratados para dar la garantía de Toyota en Cuba. Eso define por sí solo el nivel en que se encuentra este proyecto gestionado bajo la modalidad de cuentapropismo.

Pero Emilio no se conforma con eso. Como buen emprendedor aspira a más. «Esta es una carrera larga y exigente», explica. «Ya estoy con Toyota, ahora quiero conseguir la certificación oficial de la marca. Eso implica, entre otras cosas, emplear la tecnología de ellos. Confío en que lo lograremos, después, vamos a mantener esa condición».

«Yo siempre le digo a mis compañeros que la mecánica hay que amarla, sentirla, disfrutarla; si te dedicas a ella solo para ganar dinero o como un trabajo más, no vas a llegar muy lejos. Serás uno más entre tantos. 

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