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Ni el más optimista del equipo Mercedes, luego de dos tercios de carrera cumplidos, podría soñar que su equipo hiciera el uno dos, en una carrera donde los de Maranello dominaban el GP de Alemania. El abandono de Vettel en la vuelta 52 de 67 pactadas y la remontada de Hamilton desde la posición 14 de la parrilla hasta la punta de carrera fueron determinantes en el resultado. Kimi llevó su Ferrari al tercer puesto del podio por detrás de Bottas.

El GP de Alemania marcará una mitad de temporada diseñada para 21 Grandes Premios. Ya se corrió en la casa de Hamilton y ganó Ferrari y el próximo fin de semana se correrá en Alemania, la casa de Mercedes-Benz, donde se espera que las flechas de plata regresen a la victoria una vez que no ganan desde el GP de Francia con Lewis tras el volante.

Uno de los autos más famosos de finales de los años 30 e inicio de los 40 del siglo pasado, fue un Mercedes-Benz W150 770k Grosser Tourenwagen, el cual utilizó Adolfo Hitler hasta su muerte. Su imagen está en noticieros cinematográficos, periódicos y revistas de la época, con Hitler a bordo.

Ante todo, hay que decir que Adolfo Hitler era amante de los automóviles (recordemos el Volkswagen) y disponía de varios coches, sin embargo, éste Mercedes-Benz era su preferido, el cual usó en los momentos cumbres de su carrera político-militar.

Alemán, con todo lo necesario, pero sin nada extra. Así era uno de los más diminutos deportivos que han existido. Veamos.

Es poco probable en la década de los 20 del siglo pasado Karl Benz y Gottlieb Daimler se imaginaran que una compañía china terminaría comprando la tradicional empresa alemana Mercedes-Benz.