Volvamos a los inicios: cómo llega un genovés a ser el un marino perspicaz. Antes de llegar a España, esta es la historia de Cristóbal Colón, más bien, de Cristóforo Colombo.
La historia de cómo Cristóbal Colón logró el apoyo de la reina Isabel la Católica y el consecuente choque de culturas en 1492 son archiconocidas, así como las peripecias de su viaje a bordo de sus tres carabelas en busca de la ruta a Oriente por el Atlántico; pero los orígenes del genovés más ilustre son conocidos por pocos.
El primer documento encontrado sobre la genealogía de Cristóbal Colón se remonta al 21 de febrero de 1429 en el registro del notario Quilico di Albenga; dicha escritura consagra la entrega del padre del descubridor, Dominico Colombo, en calidad de aprendiz de tejedor, a Guillermo de Brabante, firmado por su abuelo Giovanni Colombo, oriundo de la aldea de Macónesi. Es este el primer registro escrito fiable de la existencia de la familia Colombo, aunque en la Génova de la época el apellido era muy común según el historiador Yákov Svet.
Según la tradición de la época, lo normal hubiera sido que una vez aprendido el oficio de tejedor, las próximas generaciones de la familia Colombo se dedicarían a esta labor, nadie habría sido capaz de vislumbrar el futuro del hijo de Dominico.
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Una vez dominado el oficio el padre de Cristóbal se asentó en Génova, a la sazón la urbe marítima por excelencia de aquella época y en eterna disputa con Venecia por el control del Mediterráneo, por lo que siempre necesitó de hombres de mar, provenientes de los barrios de la ciudad a excepción del barrio de Santo Stefano, donde se asentaron los ascendientes del futuro descubridor, la sede de las tejedurías de la ciudad.
En Génova contrajeron matrimonio los padres del futuro descubridor en 1445, su madre se llamaba Suzanna Fontanarossa, hija de un tejedor del valle de Bisagno; el acta notarial describen la dote de la doncella en la que se describen tres casas, entre ellas una cerca de la Puerta de San Andrea, donde hoy se erige el lugar que los habitantes de la ciudad denominan Casa de Colón, lugar donde puede que naciera Cristóbal pero que está ocupado con un edificio erigido luego del fallecimiento del gran navegante.
El descubridor de América tuvo tres hermanos y una hermana, y aunque su fecha de nacimiento fue debatida largo tiempo por los historiadores, se ha llegado al consenso de que vino al mundo entre el 25 de agosto y el 31 de octubre de 1451.
A pesar de su oficio, sus propiedades e incluso un cargo municipal, el padre de Colón no nadó en la abundancia y sufrió de innumerables deudas, hipotecas y negocios frustrados, lo que llevó al joven Cristóbal a mutar de tejedor a comerciante en 1472, según los registros al gremio de laneros de Génova. Sirvió de agente de su padre viajando por los pueblos costeros de Liguria, no por tierra sino por mar. Estos viajes de cabotaje fueron —valora Cesare de Llolis— el inicio del romance de Cristóbal Colón con el océano, el inicio de una carrera de navegante que cambiaría al mundo para siempre.
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