Muy a tono con esta fecha, cuando se celebran Las 24 Horas de Le Mans, está este Bentley que combina sobremanera el lujo, la clase y la velocidad. Digo que viene a tono con Le Mans porque el nombre del modelo, ya usado en los años ochenta por la marca inglesa que ahora pertenece al Grupo Volkswagen, hace referencia a una curva del circuito, Virage de Mulsanne, por donde cruzaron triunfantes los Bentley en seis ocasiones.

McLaren Mercedes ha puesto fin al dominio de Red Bull Renault, que en un momento parecían inalcanzables. La pole ganada por Hamilton y la forma en que se comportaron los monoplazas de Woking en el GP de Canadá, dan muestra de la mejoría de la escudería anglo alemana.

Audi se presentó este año en Le Mans sin muchas aspiraciones y solo sus fieles seguidores esperaban un milagro para qué la marca alemana triunfara en la mítica carrera. Pero más que un milagro, lo que demostró la marca de los cuatro aros es que en Le Mans, como en cualquier carrera de resistencia, más que la velocidad es importante la fiabilidad. Con esa filosofía, Audi se adueñó del podio sin dejar espacio a Peugeot, que llegó como favorito y terminó sin siquiera llegar a la meta.

Hay refranes que no se cumplen bajo determinadas circunstancias y en determinados lugares. Francia es un ejemplo vivo, porque eso de que nadie es profeta en su tierra allí no se cumple.

Un titular como ese me trae, al instante, recuerdos de la fabulosa película Titanic de 1997, dirigida por James Cameron, protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. La tragedia, convertida en historia de amor, tiene uno de sus momentos cumbres cuando sus personajes: Jack y Rose hacen, intensamente, el amor dentro de un fotingo que viajaba en la bodega del gigantesco trasatlántico.