En su larga historia Ford Motor Co. ha producido todo tipo de automóviles: excelentes, regulares o malos. O buenos, bonitos y baratos. Incluso hasta veloces, lentos o ”voladores“. Pero hoy veremos el singular caso de uno que fue todo un éxito de ventas y, sin embargo, dejó en la memoria de muchos el maléfico recuerdo de un auto asesino: el Ford Pinto.
Noticias por categorías

Por años han existido compañías que se han empeñado en producir autos que ”luzcan diferentes“. La mayoría, como la extinta AMC norteamericana, han fracasado debido a diseños grotescos que no han tenido la menor aceptación. Chrysler Corp., por el contrario, ha obtenido de este aspecto una de sus más claras ventajas. El diseño de los modelos de Chrysler ha sido por años una de sus mayores fortalezas. Arriesgados, poco convencionales, sin llegar a resultar estrafalarios, además de ser muy orientados al estilo en que se alineen y ese es el caso del clásico de hoy: el Plymouth Prowler.

La España de mediados de siglo XX, sufrida y limitada, puso alas a la fantasía y voló en vehículos de ensueño, como este bólido de Pegaso: nuestro protagonista de hoy. Como sabemos, Pegaso era la marca comercial que la empresa española ENASA, ahora integrada en el consorcio Iveco, utilizaba en sus automóviles y camiones, y que tanto renombre alcanzó a mediados del siglo XX. De su producción sobresale un modelo deportivo de alto performance: el Z-102.

Retrocedamos tres décadas atrás y situémonos a mediados de la década de los ochenta. Por aquel entonces, niños y no tan niños soñaban con dos superdeportivos que despertaban admiración absoluta. Con permiso del Lamborghini Countach o del Ferrari F40, posterior en un par de años, estamos hablando en concreto del Ferrari 288 GTO y del Porsche 959, que tras sus lanzamientos se convirtieron en el estandarte de un segmento que comenzaba a despegar, el de los superdeportivos de calle de las más altas prestaciones. Hoy en Excelencias del Motor nos iremos de la mano de EVO hacia una excelente comparativa Porsche 959 frente a Ferrari 288 GTO, quién gana, descúbralo usted mismo.

La italiana Abarth se especializó, desde sus inicios, en los automóviles de competición. Fue vendida a FIAT en 1971, y se convirtió en la sección de competición del gigante italiano. Hasta ese momento, y luego también, produjo excelentes versiones y preparaciones para varias marcas de renombre, entre ellas el modelo que escogemos para nuestra columna de hoy: el Porsche 356B Carrera GTL Abarth.

Es universalmente conocida la historia del nacimiento de Jeep, y para muchos este fue el inicio de los vehículos todoterreno, tal cual los conocemos hoy. Sin embargo, en la misma Segunda Guerra Mundial existieron otros proyectos para producir vehículos similares, e incluso algunos llegaron a materializarse, como fue el caso de los GAZ o nuestro protagonista de hoy: el Kübelwagen.

Mucho se ha escrito sobre el reinicio de la producción de automóviles en los Estados Unidos, al terminar la Segunda Guerra Mundial (SGM). Menos conocida, y más meritoria, resulta la presentación –apenas en 1946– del primer modelo Bentley de post guerra, al cual dedicamos nuestra columna de hoy: el Mark VI Standar Steel Sports Saloon.

Partiendo de la certeza de que diseñaría un prototipo que jamás llegaría a la línea de producción el carrocero Bertone soltó la imaginación en la realización del Rainbow, un concept con el objetivo de ir buscando las líneas que podrían llevar los nuevos modelos de la marca del cavallino rampante en los próximos años.